Hemos insistido mucho en la necesidad de volver al tren y al Estado. No es posible que al Gobierno le tengan que estallar los problemas en la mano para decidirse a la cirugía mayor.
Cuando se anunció el traslado de los subtes a la Ciudad de Buenos Aires estuvimos en desacuerdo (aunque por eso no nos llamò nadie). El manejo de estas estructuras debe hacerse con una autoridad central interjurisdiccional. Así como se hace con el Riachuelo -Matanza, asì debiera hacerse con los medios de transporte de millones de laburantes. Los que usan el transporte público son en su mayoría gente que viene del Conurbano.
Y ya que estamos, no existen justificaciones suficientes para no tener los mejores trenes del mundo, los màs seguros y cómodos. No estamos hablando de astronautas a Marte. Estamos hablando de una industria que nuestro país ya manejó y supo ser pionera en Latinoamérica. El Estado debe invertir en esta industria de base, y dejarse de dar vueltas. No alcanza con la fabriquita de Chascomús y el galponcito de Tafí Viejo, ni comprar material de rezago en el Primer Mundo (o en Portugal!!!!).
La Facultad de Ingeniería de la UBA supo tener una ingeniería ferrocarrilera. Hace un par de años se recuperó, en forma de un posgrado. ¿Se decidrá el Gobierno a ponerse las pilas con este problema, y acudir a su aparato de CyT para poner a nuestro sistema de transporte en un nivel diferente?
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