martes, 3 de marzo de 2009

Autoevaluación sin autocrítica

Continuando con nuestra saga intitulada: "El papo autonomista me tiene harta", Antares concurrió a uno de esos eventos universitarios que la dejan quenchi. En el mismo estaba involucrada la CONEAU, que el diccionario trosko-reformista define como "ese invento del menemismo para que los universitarios dejemos de ser libres y tengamos que adaptarnos a los dictados de (línea punteada que puede completarse con EL BANCO MUNDIAL o EL FMI o LOS PERONISTAS QUE SE METEN CON LA UNIVERSIDAD EN LUGAR DE DEDICARSE A LA FABRICACIÓN DE ALPARGATAS, esto depende de la agrupación que pinte el cartel).
Ahora bien
¿esto quiere decir que la CONEAU sirve para algo?
No.
¿Por qué?
Porque está constituída a partir del concepto de que para un universitario no hay nada mejor que otro universitario. Es decir, que sólo nosotros tenemos derecho a evaluarnos. Si bien dentro de la CONEAU hay comisiones más respetables que otras (porque una comisión integrada por representantes de las universidades privadas me parece impresentable, y que las hay las hay), no hay nada en su accionar que lleve a que las Universidades discutan en términos abiertamente políticos sus decisiones de gobierno. Porque en estos eventos nadie habla de política. Nadie asume que está donde está porque pertenece a un sector con una ideología determinada. Nadie dice gobierno. Hablan de gestión y de administración, como si a un decanato, a una presidencia o a una secretaría general se llegara por sorteo o presentando un CV y yendo a entrevista de trabajo. Todos se quejan por la falta de presupuesto, como si este no hubiera crecido en los últimos años, y todos se quejan por la cantidad de docentes que "apenas" tienen una dedicación simple, como si los que tienen exclusiva cumplieran siempre las 40 hs semanales por las que cobran. Ah, y cuentan anécdotas sobre lo bestias e ignorantes que son los alumnos.
Pero además, nadie va a decir "nos estuvimos preguntando si nuestros proyectos de investigación le aportan algo a la construcción de un pais más justo" o "tal vez nuestros proyectos de extensión solo están al alcance de la clase media y eso debería cambiar" o "tenemos tantos docentes que no son capaces de escribir algo legible".
¿Quién debería evaluar a las universidades?
Si alguna vez la universidad pública asumiera su pertenencia al Estado Nacional esto sería menos problemático. Porque la universidad debería poder ser evaluada por un conjunto de sectores sociales y políticos. La universidad tiene el poder de criticar a la escuela media, pero a nadie se le ocurre preguntarse si lo que la universidad ofrece a los egresados de la escuela media tiene alguna relación con las perspectivas que un adolescente tiene hoy en nuestro país. Y ese es sólo un ejemplo. ¿Por qué la CGT no puede opinar sobre la universidad? ¿Por qué no puede hacerlo ni el propio Ministro de Educación sin que salte alguien a cacarear sobre la autonomía universitaria?
En este contexto, es muy probable que el 2009 pase sin que se modifique la Ley de Educación Superior. Cualquier intento del kirchnerismo por modificar una coma va a aglutinar a radicales, troskos y menemistas arrepentidos (arrepentidos de que no haya ganado Menem) en defensa de la autonomía universitaria. Que como dije al principio, es un papo que me tiene harta.

5 comentarios:

Emilio dijo...

Interesante, saludos.

ElQuique dijo...

Sencillo y exacto.
Alguien tiene que decir la verdad sobre estas cosas, compañera Antares. Y usted lo hizo.

Antares dijo...

Gracias Emilio y Quique.

Luaro dijo...

Es cierto, en la mayor parte de los paises centrales las políticas universitarias son políticas de estado.
Lo que es difícil es saber como evaluar a las universidades. La evaluación y fijación de objetivos sin duda dependen de si tenés o no un modelo de país.

Anónimo dijo...

Eso que solemos llamar "modelo de país", que - no en la cabeza de cada uno de nosotros, sino en términos colectivos y concretos, que son los que pueden ser traducidos en una política, lineamientos estratégicos, prácticas acordes, etc - es materia de una disputa no siempre muy claramente encaminada. En todo caso, sin duda la evaluación de las Universidades - que (muy bien Antares) es preciso decir y repetir son instituciones estatales - tiene que ser hecha en función de criterios y procedimientos que no pueden ser definidos exclusivamente por la "familia" (o corporación, como más les guste). Y, más aún, que tienen que ser coherentes con una política universitaria entendida como política de Estado, que resulte del proceso más democrático posible (vale decir, que no puede quedar en manos de - otra vez - la Familia). Para eso debería haber, ante todo, tal política de Estado. Y hacia allá habrá que empujar el debate, contra las tranqueras autonomistas, y los ministerios que más o menos tramitan lo que hay... Porque el Ministro tampoco suele decir demasiado sobre el asunto, que yo sepa. El blog está buenísimo, logran que me ría con Carrió...