miércoles, 19 de noviembre de 2008

Por Júpiter!


De las múltiples formas posibles de atravesar el crepúsculo de un domingo, ésta es una de las más placenteras. Requiere olvidarse del partido, de que uno tiene fiaca porque al otro día es lunes y desplazarse hasta el bosque platense. Una vez allí, dirigirse al Observatorio. La visita dura una hora y media y empieza con una breve charla en la biblioteca. Esto es interesante, y el edificio posee la belleza de todas las construcciones de la época de la fundación de La Plata, pero lo que de verdad nos importa está ahi afuera.
Afuera y arriba. Y muy, muy lejos.
Hay varios edificios con cúpula giratoria, lo que significa que albergan un telescopio. Todo me recuerda a aquella casa con cúpula que el jubilado Luna compraba en San Isidro. Pero esta noche Sherlock Time no ronda el parque arbolado. En el edificio más grande, subimos por una escalera angosta. Y ahí está, mil quinientos kilos y cuarenta y tres centímetros de diámetro. Una vía circular permite que la escalerilla donde se sienta el observador se desplace junto con el telescopio. La cúpula tiene una ventana alargada, un medio arco vertical que se mueve cuando la cúpula gira y permite apuntar el lente hacia el objeto en cuestión. Subimos de a uno. Al principio estoy algo decepcionada. Venus es una manchita luminosa, más grande y definida que a simple vista (se puede ver el efecto del sol en la forma) pero nada impactante. Por suerte la observación sigue y en mi segundo ascenso lo veo. Anaranjado, tormentoso, rayado. Dueño de sesenta lunas, aunque se distinguen cuatro: Ganímedes, Io, Europa y Calisto. No distingo la gran tormenta del medio, la mancha grande, pero no me importa. Sonrío como un chico en el circo y pienso:
-¡Por Júpiter!

3 comentarios:

Vincent Vega dijo...

Me gustó la crónica, Antares. La Plata, a pesar de lo que digan, tiene mucho de bueno para ver, por Tutatis!

Sirinivasa dijo...

Por Belenos! No me diga que se perdió Orión Nebulae, o no se la mostraron?

Antares dijo...

Se agradece Vincent. De todas formas se podría mejorar la iluminación del paseo del Bosque. Si una es mujer y no va en auto o acompañada (o ambas cosas), cruzar el bosque a las 10 de la noche puede ser peligroso.
Sirinivasa, la visita empieza a las 20, la observación es algo después ( no más de las 21) y merced al cambio de horario, a esa hora lo más visible era eso.