sábado, 26 de febrero de 2011

"Lo' muchacho' libio'"


Así decía José López Rega, el payaso asesino, cuando contaba de su viaje a Libia, en 1975. Mi memoria de niño sólo retuvo esas palabras, y una propaganda oficial, que se repetía una y otra vez, con una letanía que hacía referencia a "los países mezquinos".

Años después leíamos el "Libro Verde de Kadafi", donde más o menos se trataba de hacer un sincretismo entre Islam y socialismo. La idea de las Asambleas Populares era interesante para nuestros ojos juveniles y revolucionarios y nuestras mentes binarias.
Puteamos al Imperio, en ocasión del bombardeo a Trípoli ordenado por el cruzado Reagan, y repudiamos la muerte de una niñita, hija del Coronel.
Ya bien avanzada la Menemtroika, supimos de un tal señor Rotundo, quien contaba de un apoyo en dinero del Coronel al paisano Carlos Saúl. Y del enojo que había en esos ambientes por las relaciones carnales con EEUU y la participación de Argentina en la 1ª Guerra del Golfo.

En 1988 un avión de Pan Am es derribado por una bomba, mientras volaba sobre Lockerbie, Escocia. Se acusó a Libia de ser la responsable por el atentado. El gobierno libio negó los hechos durante años. Todo pareció entrar en un freezer. Libia continuó siendo la meca de guerrilleros de izquierda de todo el mundo, de fascistas antisemitas, como había sido siempre. Uno, que lee muchas cosas inútiles, fue siguiendo algunas noticias, que llamaron nuestra atención. Unos años atrás, el Coronel "entregó" dos tipos de los servicios de inteligencia, quienes fueron culpados de todo lo ocurrido con el avión de la Pan Am, como si hubieran hecho todo por la suya. El gobierno libio pagó compensaciones millonarias a los deudos de las víctimas, más dinero a los de origen yanqui que a los europeos, y todos contentos. Y a poco de ocurrir este amigable arreglo, leímos que los hoteles de Trípoli se habían llenado de lobbystas de la industria petrolera, todos en carrera para cortejar a los miembros del gobierno que tuvieran influencia sobre los futuros contratos.

Por eso no nos sorprendió lo que leímos en este buen trabajo de Catanpeist. Y tampoco lo que Gadaffi declaró, hace un par de años "- el nacionalismo árabe está muerto". Sabrá el Coronel por qué lo dijo, pero creemos que en algo ayudó a eso. El recurso al terrorismo indica un pensamiento de desprecio al valor de la vida, el que lamentablemente el Coronel está mostrando en abundancia.

Para que no queden dudas, volvemos a reafirmar nuestro apoyo a todos los pueblos que buscan su libertad, democracia, derechos sociales y humanos. Sea en países con gobiernos proyanquis, antiyanquis, o que fueron uno y ahora son lo otro. Porque no hay causa que justifique bombardear al propio pueblo. Porque aquí, quienes han hecho esas cosas han sido los gorilas.

2 comentarios:

Antares dijo...

Como dijo un compañero, en brillante síntesis "los dirigentes árabes
en crisis son los Menem de Nasser. Y algunos son los Menem de sí mismos".

Vincent Vega dijo...

Eso, Antares, es brillante! Son dirigentes políticos, a pesar de todo. Lástima que el reloj les atrase 20 años.