Carlos Gabetta publicó, en 1984, un libro interesante llamado "Todos somos subversivos". Siempre lo supusimos un tipo muy inteligente. Lástima que no se privó de hablar, con poco fundamento, sobre la situación en Egipto y sus implicancias. Repitió algunos tópicos, muy del gusto "Le monde diplomatique", de la cual es director de la versión argentina, sobre el Medio Oriente. Y deslizó algunas perlitas como los siniestros designios de EEUU, debido al petróleo y al control del Canal de Suez, apelando a que el ahora caído en desgracia Hosni Mubarak era el HdP de EEUU, y poco menos que un títere del mismo, como lo había sido Somoza en Nicaragua.
Qué raro, ahora vienen a descubrir que los palestinos estaban bloqueados por sus hermanos egipcios, que hay unos cuantos "gendarmes" de EEUU, además de Israel; y que en Medio Oriente la democracia es un bien más escaso que el agua.
Vale la pena recordar algunos puntos, para no caer en el endiosamiento de dirigentes, y entender las complejidades de toda historia:
1) Mubarak era uno de los oficiales del grupo de Nasser
2) Mubarak combatió a Israel no sólo desde la retórica
3) Egipto produce menos petróleo que Argentina
4) El Canal de Suez estuvo cerrado desde 1967 hasta 1975
5) Hay muchos más oleoductos que en 1973, y más países importadores de petróleo en otras latitudes
Anwar Sadat, el anterior presidente egipcio, fue un tipo valiente. Probablemente de los pocos estadistas que ha habido en la región (Israel inclusive). Para romper el impasse que había en el proceso político a comienzos de los '70, cortó lazos con los soviéticos, le infligió una herida profunda al sobrevalorado orgullo militar israelí con la guerra de Yom Kippur, y abrió las puertas a un proceso de paz que fue una salida viable. Lástima que el proceso se estancó, por el asesinato de su persona, y por la ola neoliberal que barrió luego con los soportes sociales que se habían creado durante los buenos años del nacionalismo árabe.
Como dijimos en varios post anteriores, apoyamos toda lucha de los pueblos por su liberación social, con democracia y derechos humanos. Hoy estamos con el pueblo egipcio, el libanés y el jordano, como con el palestino y el iraní. Y no porque esta lucha sea contra un dictador como Mubarak que hoy está con EEUU, nos resulta más heroica y valiosa que la de los iraníes que hace unos meses le complicaron la existencia a Ahmadinejad.
El pueblo árabe vuelve a buscar su camino. La dirigencia política israelí debiera entender que el único camino para una paz estable es la existencia de democracias en la región, y particularmente en Palestina.
Y ojalá que de este egiptazo salga un Néstor
1 comentario:
Vincent, me gustaría agrgar una cosa que me incomodó por esto días, la aparición, hasta en C5N, de un ejecutivo de l a Google en egipto que se pa´seo por todos los canales como uno de los emblemas de la revuelta, y el ninguneo a los hermanos del islam. Vamos a ver cómo se las ingenia la corpo para tener su revolución de color, si puede.
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