miércoles, 16 de febrero de 2011

Clarín: un toque de oscurantismo


"En ambos casos se trata de cuentos destinados al público infantil, con una finalidad de adoctrinamiento que resulta preparatoria a la tarea de captación ideológica del accionar subversivo". Con estos fundamentos, la dictadura militar prohibía el libro "Un elefante ocupa mucho espacio", de Elsa Bornemann. Claro que en ese momento nadie leyó ninguna crítica airada en Clarín por la censura de esta y de muchísimas otras obras.
La nota de Miguel Wiñazki hoy sería, seguramente, del gusto de quien redactó el citado decreto. No sólo se critica el hecho de que diversas formas de acción política sean analizadas en la escuela secundaria, sino que en un contexto indudablemente peyorativo se dice "el proyecto preliminar, abundantemente floreado de citas de intelectuales europeos como Hannah Arendt, Foucault, Gramsci, Max Weber, Marx, Thomas Hobbes y otros...". Tal vez Wiñazki crea que la cita de referentes indiscutibles de la teoría política moderna y contemporánea sea innecesaria en una materia que se denomina "Política y ciudadanía". En tal caso, sería interesante que mencionara cuáles son sus referentes válidos. Nadie que haya leído a estos autores podría afirmar que sostengan una misma ideología. En muchos casos (por ejemplo, Arendt y Weber) sus concepciones sobre lo político son antitéticas.
¿A qué le teme entonces Clarín? ¿A que los adolescentes conozcan diversas ideas? ¿A que se formen en el debate? ¿A que desarrollen la capacidad de cuestionar? ¿O simplemente le teme a una juventud comprometida con la vida política del país? Intuyo que la respuesta viene por ese lado. Por el hecho de que, para el establishment, es infinitamente más cómodo que la juventud no sea joven. Que no milite, que no se crispe, que no involucre a los ideales en su vida. Que no sea capaz de rebatir los endebles argumentos a los que nos tiene acostumbrados esta prensa canalla y oscurantista. Que no salga a la calle, que no defienda aquello que cree justo.
Yo, que cursé mi secundaria en los 90, envidio a los adolescentes que pueden ir a la escuela a estudiar esto. Porque en esa currícula horrenda que me tocó seguir, esa cruza infame entre la herencia ideológica de la dictadura y la narrativa neoliberal, mi única forma de acercarme a la política en un ámbito público fue desde la resistencia. Los reclamos por la privatización de servicios, las marchas contra la Ley Federal de Educación, siempre confrontando con un estado que cuando respondía, era para reprimir. Represión, tal vez sea eso lo que añora Clarín. Una educación de cuarta para que los hijos de las clases populares queden lejos de toda posibilidad de trabajar o de continuar sus estudios. Una vuelta al pasado, a ese país donde las modalidades de protesta que impliquen la "abolición de las formas jurídicas" (Wiñazki dixit) sean acalladas a los tiros, y así tal vez, "el gran diario argentino" nos vuelva a regalar un titular como "La crisis causó dos nuevas muertes".

1 comentario:

Néstor Dulce dijo...

Muy buena la nota. Te invito a leer: LOS MEDIOS HEGEMONICOS Y EL MANEJO DE LA INFORMACION SOBRE EL AVION YANKI
Ya estamos acostumbrados a que para Clarín y cia. lo que son buenas noticias para el país, para ellos son malas noticias.
Esto quedó claro cuando producido el conflicto por los materiales no declarados en el avión, Clarín se puso del lado de EE UU.
La situación me hizo acordar a un chiste conocido. El sobrino de un multimillonario se acerca al sanatorio adonde operaron de urgencia a su tío y le pregunta al dr:
- Dr estoy desesperado por la salud de mi tío. Necesito que me de ua buena noticia
- Quédese tranquilo, joven. Todo salió bien. Su tío vivirá muchos años más
- Pero, dr. Yo le pedí una buena noticia para mí ... no para mi tío"
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