Estos días han sido de andanadas terribles, una vez más, contra las organizaciones de DDHH. Particularmente contra Hebe. Algunos canallas hasta han puesto en duda que sus hijos estuvieran desaparecidos, como extremo de las barbaridades que se han dicho. Varias veces hemos escrito sobre los periodistas que trabajan para estos medios, y nos hemos preguntado sobre la ética de colaborar con el trabajo de demolición de las políticas de este proyecto nacional y popular, o, como en este caso, de atacar a quien es un modelo de ética incorruptible, y de un coraje a toda prueba.
Hebe ha sido siempre polémica. Unas cuantas veces no hemos compartido ni sus dichos, ni sus posicionamientos sobre hechos temporales. O el haber hecho de Schoklender su lugarteniente. Pero éstas son boberías frente a lo que ella es y representa. Hebe es una mujer de un coraje increíble, que vive modestamente, como siempre lo hizo. Y que va a ir al frente por la causa de todos, que es la de un país justo y libre. Contra las dictaduras asesinas, gobiernos antipopulares, o los sempiternos guardianes del Orden Occidental y Cristiano.
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