viernes, 30 de septiembre de 2016

Presidencia Hirschfeld

El nuevo presidente, Mauricio Hirschfeld, fue electo junto a su compañera de fórmula, Rosa Gutnisky. Hirschfeld es hijo de un inmigrante europeo que se enriqueció en negocios turbios. Gutnisky viene de un hogar clase media, y ha tenido mucha relación con un rabino muy importante, que luego fue electo Gran Rabino de Israel. Ella se ve involucrada en un caso de corrupción del cual parece que no se librará tan fácil.
A poco de asumir, Hirschfeld recibe al primer ministro israelí. Conversan de las oportunidades que se abren a las empresas de ese país. Pocos meses después, el presidente visita una obra donde participan empresas de su familia, conducidas por su primo Moisés Kantor, y empresas israelíes, con las que tiene negocios en conjunto de hace mucho tiempo. Los empresarios israelíes hacen declaraciones públicas muy favorables al nuevo presidente. Otras empresas siguen sus huellas y hacen contactos para nuevos negocios en la nueva tierra de promisión.
El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Marcos Levcovich, apoya fervientemente al nuevo gobierno. Uno de sus alfiles, un juez malandra llamado Salomón Hirsch, le hace la vida imposible a los miembros del gobierno anterior.
Pero no todo son rosas. Un intendente, recientemente electo, y que había sido su secretario de finanzas, aparece involucrado en un escándalo de corrupción. Su nombre: Isaac Grunberg.
De 20 ministerios, 5 son ocupados por ministros de ascendencia judía. Varios de sus colaboradores tienen su misma ascendencia.

¿Cuántos habrán dicho que se trataba de un plan siniestro de la sinarquía sionista para quedarse con el poder de un país rico? Las pruebas, ¡al canto! todos los involucrados son judíos o parecen serlo. No hacen falta más pruebas. Está clarísimo.


Pero ésta es una historia inventada. No hay un presidente Hirschfeld, ni una vice Gutnisky. Menos un Grunberg, un Kantor, un Levcovich o un Hirsch. Pero si un presidente de otro origen. Para quien entendió el juego, puede ver cuánto antisemitismo hay en nuestra sociedad. Y no sólo entre los del otro lado de la grieta, sino entre los de este lado. Hace unos días leía a un imbécil que escribía que el periodista Bercovich era como los Leuco y la DAIA y AMIA... asumiendo que era judío!!! Hasta donde sabemos, Bercovich es un apellido croata, por lo que MUY probablemente no sea justamente judío, por decir algo.... O a tono con algunas pintadas vistas por ahí.
Como si en nuestro gobierno no hubiera habido un Kicillof, un Timerman, o los muchos argentinos de origen judío que bancamos al mejor gobierno que nuestro país tuvo en toda su historia....
Sabemos que falta mucho para desterrar a los prejuicios. A veces puede servir hacer un jueguito de éstos. Y ver lo ridículo, y peligroso, de ciertos análisis.

4 comentarios:

Comandante Cansado dijo...

Es así. Cuando tenía más tiempo entraba de vez en cuando a Resistiendo con Aguante para denunciar antisemitas (y machistas, y mataputos), que nos dan pésima imagen. Y los delirios se juntan: algún iluminado descubriendo planes judíos (el famosos Andinia) y mapuches para quedarse con la patagonia. Y buah. Gran post, valiente. Y shaná tová.

Vincent Vega dijo...

Don Comandante! tanto tiempo!
Yo también me inflé con RCA, parece que ahora los únicos que postean son los derechosos. Cuando a todo eso se sumó la historia de Urtubey, con montones de boludos haciendo coro sobre las preferencias sexuales del tipo, me decidí a no perder más tiempo en algo inútil. Y de hace rato que vengo pensando en el ejemplo de la doble vara que muchos usan para medir las cosas.
Otra cosa que me hacía ruido era la visita de la Primera Dama a la Embajada del Líbano, que fue presentada como algo glamoroso (salió en Caras). Se imagina, Comandante, si alguna paisana hubiera hecho lo mismo con la Embajada de Israel?
En fin, el viejo antisemitismo, eterno en el alma de muchos.
Abrazos y Shaná tová umetuká

Ah, ya que vamos a quedarnos con la Patagonia, quiero quedarme con los lagos

Comandante Cansado dijo...

:). También hay que tener en cuenta que ese antisemistismo nac and pop/ de izquierda nacional siempre existió. RCA (que no puede por supuesto ni de lejos reducirse a eso) al menos permite ponerlo en evidencia y reaccionar. Off-topic: se nota que tengo cierta edad, que cuando vi el acróstico pensé primero en la discográfica del perrito :) .

Vincent Vega dijo...

RCA, lo mismo pensaba yo, jajaja