El digno juez Daniel Rafecas, quien está siendo hostilizado y vilipendiado por la runfla de la DAIA, que se arroga un derecho que no tiene, que es el de ser portavoz de los argentinos de origen judío.
Tomado de Facebook
Quien escribe esta nota es el hijo de un sobreviviente del Holocausto. Mi papá padeció los sufrimientos de la segunda guerra mundial se escapó del campo de exterminio Trablinka.
El juez Rafecas se enteró de su existencia y se contactó con él. Para nuestra sorpresa no solamente nos encontramos con una persona interesada en estos temas, un estudioso, todavía no había publicado su libro sobre la solución final, nos encontramos con un hombre de una enorme sensibilidad y humanidad. Invitó a mi padre ya muy mayor a que diera una charlas a jóvenes estudiantes, alumnos suyos para que pueda comunicar sus experiencias tan dolorosas en el museo del Holocausto.
Así fue. Mi padre fue muy feliz ese día. Los chicos le preguntaban cosas, él las contestaba. Enfatizaba una frase que me decía desde la niñez. Todo el conflicto bélico fue una gran hipocresía. Las grandes democracias del mundo alimentaron al monstruo.
Rafecas no solamente es un gran juez sino también un hombre extraordinario. Como juez ya ha demostrado su imparcialidad, la rigurosidad con que encara su tarea de magistrado, su afán de imponer justicia de manera independiente. Se debe hacer mención que detrás de su práctica profesional se manifiesta aspectos sustanciales de su condición humana. Rafecas es uh hombre que se indigna ante cualquier manifestación de autoritarismo o discriminación racial o social.
Hoy los mismos sectores que no pueden explicar el encubrimiento que hicieron en el atentado a la Amia lo quieren desplazar. Nuevamente la hipocresía. Quieren reflotar la disparatada denuncia de Nisman, que no se sostiene por ningún lado pero les sirve para atacar a la presidenta.
La firma del Memorandum fue en un principio aceptado por la Amia y la Daia hasta que recibieron instrucciones de la embajada de Israel. Ni a Israel ni a Estados Unidos están interesados en la verdad. Solamente les interesaba mantener la acusación contra Irán para constituirla como el Gran |Satán de la civilización. Los iraníes no aceptaron continuar con el acuerdo porque desconfiaron de la imparcialidad de la justicia argentina subordinada como su inteligencia a los intereses norteamericanos e israelíes. Lamentablemente no estaban desacertados
Por último, la identificación de Hezbollah con Irán es equivocada. Hezbollah es una fuerza que representa la corriente Schii del islamismo. En su seno encontramos iraníes, pero también sirios, árabes yemeníes, libios, también se encuentra en sus filas europeos, como franceses, belgas, alemanes. Hezbollah tiene representación parlamentaria en Líbano.
Lamentablemente sobre la Shoah ha habido diversas apropiaciones que siempre tuvieron un contenido ideológico. Está lo que Norman Finkelstein llamó La industria del holocausto. Esto es constituir aquella tragedia para construir una especie de víctima metafísica para justificar toda la política reaccionaria que lleva adelante Israel.
Los representantes de Daia y Amia son sus más recalcitrantes servidores y está por otro lado, quienes consideran la Shoá en palabras de Rafecas> Ese gran agujero negro de la modernidad que hecha su sombra sobre la cuestión de la condición humana.
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