Cuando se enseña la diferencia entre velocidad y aceleración, es común que los estudiantes se confundan entre uno y otro concepto, porque surge una paradoja aparente: cómo puedo tener una aceleración negativa si estoy desplazándome con velocidad positiva. Pero justamente, la aceleración negativa es la desaceleración. La velocidad, siendo positiva, va decreciendo.
Los economistas neoliberales del sistema, a propósito, nos mezclan los tantos. Se fijan en la aceleración de los precios para hablar de inflación, pero lo que le importa al asalariado es la velocidad de los precios, y la velocidad de aumento de su sueldo. Si ambas velocidades son iguales, más o menos mantendrá su nivel de vida.
Las aceleraciones que miran estos economistas parecieran responder a un análisis mecanicista que a mi me resulta de lo más extraño. Es posible, uno estudió mucha matemática, e implícitamente lógica. Con las que se hace ciencia de verdad. A lo mejor es por esta ignorancia que uno tiene, que no entiende el fondo del asunto. Pudiera tratarse de una ley empírica. Pero lo que termina de matar es que esas leyes mecanicistas de esos economistas no se verifican experimentalmente !! (dos signos, el absurdo). Ahora, tratándose de nuestro país y nuestra subsistencia, debiera poner QED o QEPD?
domingo, 18 de diciembre de 2016
jueves, 27 de octubre de 2016
viernes, 30 de septiembre de 2016
Presidencia Hirschfeld
El nuevo presidente, Mauricio Hirschfeld, fue electo junto a su compañera de fórmula, Rosa Gutnisky. Hirschfeld es hijo de un inmigrante europeo que se enriqueció en negocios turbios. Gutnisky viene de un hogar clase media, y ha tenido mucha relación con un rabino muy importante, que luego fue electo Gran Rabino de Israel. Ella se ve involucrada en un caso de corrupción del cual parece que no se librará tan fácil.
A poco de asumir, Hirschfeld recibe al primer ministro israelí. Conversan de las oportunidades que se abren a las empresas de ese país. Pocos meses después, el presidente visita una obra donde participan empresas de su familia, conducidas por su primo Moisés Kantor, y empresas israelíes, con las que tiene negocios en conjunto de hace mucho tiempo. Los empresarios israelíes hacen declaraciones públicas muy favorables al nuevo presidente. Otras empresas siguen sus huellas y hacen contactos para nuevos negocios en la nueva tierra de promisión.
El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Marcos Levcovich, apoya fervientemente al nuevo gobierno. Uno de sus alfiles, un juez malandra llamado Salomón Hirsch, le hace la vida imposible a los miembros del gobierno anterior.
Pero no todo son rosas. Un intendente, recientemente electo, y que había sido su secretario de finanzas, aparece involucrado en un escándalo de corrupción. Su nombre: Isaac Grunberg.
De 20 ministerios, 5 son ocupados por ministros de ascendencia judía. Varios de sus colaboradores tienen su misma ascendencia.
¿Cuántos habrán dicho que se trataba de un plan siniestro de la sinarquía sionista para quedarse con el poder de un país rico? Las pruebas, ¡al canto! todos los involucrados son judíos o parecen serlo. No hacen falta más pruebas. Está clarísimo.
Pero ésta es una historia inventada. No hay un presidente Hirschfeld, ni una vice Gutnisky. Menos un Grunberg, un Kantor, un Levcovich o un Hirsch. Pero si un presidente de otro origen. Para quien entendió el juego, puede ver cuánto antisemitismo hay en nuestra sociedad. Y no sólo entre los del otro lado de la grieta, sino entre los de este lado. Hace unos días leía a un imbécil que escribía que el periodista Bercovich era como los Leuco y la DAIA y AMIA... asumiendo que era judío!!! Hasta donde sabemos, Bercovich es un apellido croata, por lo que MUY probablemente no sea justamente judío, por decir algo.... O a tono con algunas pintadas vistas por ahí.
Como si en nuestro gobierno no hubiera habido un Kicillof, un Timerman, o los muchos argentinos de origen judío que bancamos al mejor gobierno que nuestro país tuvo en toda su historia....
Sabemos que falta mucho para desterrar a los prejuicios. A veces puede servir hacer un jueguito de éstos. Y ver lo ridículo, y peligroso, de ciertos análisis.
A poco de asumir, Hirschfeld recibe al primer ministro israelí. Conversan de las oportunidades que se abren a las empresas de ese país. Pocos meses después, el presidente visita una obra donde participan empresas de su familia, conducidas por su primo Moisés Kantor, y empresas israelíes, con las que tiene negocios en conjunto de hace mucho tiempo. Los empresarios israelíes hacen declaraciones públicas muy favorables al nuevo presidente. Otras empresas siguen sus huellas y hacen contactos para nuevos negocios en la nueva tierra de promisión.
El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Marcos Levcovich, apoya fervientemente al nuevo gobierno. Uno de sus alfiles, un juez malandra llamado Salomón Hirsch, le hace la vida imposible a los miembros del gobierno anterior.
Pero no todo son rosas. Un intendente, recientemente electo, y que había sido su secretario de finanzas, aparece involucrado en un escándalo de corrupción. Su nombre: Isaac Grunberg.
De 20 ministerios, 5 son ocupados por ministros de ascendencia judía. Varios de sus colaboradores tienen su misma ascendencia.
¿Cuántos habrán dicho que se trataba de un plan siniestro de la sinarquía sionista para quedarse con el poder de un país rico? Las pruebas, ¡al canto! todos los involucrados son judíos o parecen serlo. No hacen falta más pruebas. Está clarísimo.
Pero ésta es una historia inventada. No hay un presidente Hirschfeld, ni una vice Gutnisky. Menos un Grunberg, un Kantor, un Levcovich o un Hirsch. Pero si un presidente de otro origen. Para quien entendió el juego, puede ver cuánto antisemitismo hay en nuestra sociedad. Y no sólo entre los del otro lado de la grieta, sino entre los de este lado. Hace unos días leía a un imbécil que escribía que el periodista Bercovich era como los Leuco y la DAIA y AMIA... asumiendo que era judío!!! Hasta donde sabemos, Bercovich es un apellido croata, por lo que MUY probablemente no sea justamente judío, por decir algo.... O a tono con algunas pintadas vistas por ahí.
Como si en nuestro gobierno no hubiera habido un Kicillof, un Timerman, o los muchos argentinos de origen judío que bancamos al mejor gobierno que nuestro país tuvo en toda su historia....
Sabemos que falta mucho para desterrar a los prejuicios. A veces puede servir hacer un jueguito de éstos. Y ver lo ridículo, y peligroso, de ciertos análisis.
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sábado, 10 de septiembre de 2016
Rafecas, visto por quienes conocen del Holocausto en primera persona
El digno juez Daniel Rafecas, quien está siendo hostilizado y vilipendiado por la runfla de la DAIA, que se arroga un derecho que no tiene, que es el de ser portavoz de los argentinos de origen judío.
Tomado de Facebook
Quien escribe esta nota es el hijo de un sobreviviente del Holocausto. Mi papá padeció los sufrimientos de la segunda guerra mundial se escapó del campo de exterminio Trablinka.
El juez Rafecas se enteró de su existencia y se contactó con él. Para nuestra sorpresa no solamente nos encontramos con una persona interesada en estos temas, un estudioso, todavía no había publicado su libro sobre la solución final, nos encontramos con un hombre de una enorme sensibilidad y humanidad. Invitó a mi padre ya muy mayor a que diera una charlas a jóvenes estudiantes, alumnos suyos para que pueda comunicar sus experiencias tan dolorosas en el museo del Holocausto.
Así fue. Mi padre fue muy feliz ese día. Los chicos le preguntaban cosas, él las contestaba. Enfatizaba una frase que me decía desde la niñez. Todo el conflicto bélico fue una gran hipocresía. Las grandes democracias del mundo alimentaron al monstruo.
Rafecas no solamente es un gran juez sino también un hombre extraordinario. Como juez ya ha demostrado su imparcialidad, la rigurosidad con que encara su tarea de magistrado, su afán de imponer justicia de manera independiente. Se debe hacer mención que detrás de su práctica profesional se manifiesta aspectos sustanciales de su condición humana. Rafecas es uh hombre que se indigna ante cualquier manifestación de autoritarismo o discriminación racial o social.
Hoy los mismos sectores que no pueden explicar el encubrimiento que hicieron en el atentado a la Amia lo quieren desplazar. Nuevamente la hipocresía. Quieren reflotar la disparatada denuncia de Nisman, que no se sostiene por ningún lado pero les sirve para atacar a la presidenta.
La firma del Memorandum fue en un principio aceptado por la Amia y la Daia hasta que recibieron instrucciones de la embajada de Israel. Ni a Israel ni a Estados Unidos están interesados en la verdad. Solamente les interesaba mantener la acusación contra Irán para constituirla como el Gran |Satán de la civilización. Los iraníes no aceptaron continuar con el acuerdo porque desconfiaron de la imparcialidad de la justicia argentina subordinada como su inteligencia a los intereses norteamericanos e israelíes. Lamentablemente no estaban desacertados
Por último, la identificación de Hezbollah con Irán es equivocada. Hezbollah es una fuerza que representa la corriente Schii del islamismo. En su seno encontramos iraníes, pero también sirios, árabes yemeníes, libios, también se encuentra en sus filas europeos, como franceses, belgas, alemanes. Hezbollah tiene representación parlamentaria en Líbano.
Lamentablemente sobre la Shoah ha habido diversas apropiaciones que siempre tuvieron un contenido ideológico. Está lo que Norman Finkelstein llamó La industria del holocausto. Esto es constituir aquella tragedia para construir una especie de víctima metafísica para justificar toda la política reaccionaria que lleva adelante Israel.
Los representantes de Daia y Amia son sus más recalcitrantes servidores y está por otro lado, quienes consideran la Shoá en palabras de Rafecas> Ese gran agujero negro de la modernidad que hecha su sombra sobre la cuestión de la condición humana.
Tomado de Facebook
Quien escribe esta nota es el hijo de un sobreviviente del Holocausto. Mi papá padeció los sufrimientos de la segunda guerra mundial se escapó del campo de exterminio Trablinka.
El juez Rafecas se enteró de su existencia y se contactó con él. Para nuestra sorpresa no solamente nos encontramos con una persona interesada en estos temas, un estudioso, todavía no había publicado su libro sobre la solución final, nos encontramos con un hombre de una enorme sensibilidad y humanidad. Invitó a mi padre ya muy mayor a que diera una charlas a jóvenes estudiantes, alumnos suyos para que pueda comunicar sus experiencias tan dolorosas en el museo del Holocausto.
Así fue. Mi padre fue muy feliz ese día. Los chicos le preguntaban cosas, él las contestaba. Enfatizaba una frase que me decía desde la niñez. Todo el conflicto bélico fue una gran hipocresía. Las grandes democracias del mundo alimentaron al monstruo.
Rafecas no solamente es un gran juez sino también un hombre extraordinario. Como juez ya ha demostrado su imparcialidad, la rigurosidad con que encara su tarea de magistrado, su afán de imponer justicia de manera independiente. Se debe hacer mención que detrás de su práctica profesional se manifiesta aspectos sustanciales de su condición humana. Rafecas es uh hombre que se indigna ante cualquier manifestación de autoritarismo o discriminación racial o social.
Hoy los mismos sectores que no pueden explicar el encubrimiento que hicieron en el atentado a la Amia lo quieren desplazar. Nuevamente la hipocresía. Quieren reflotar la disparatada denuncia de Nisman, que no se sostiene por ningún lado pero les sirve para atacar a la presidenta.
La firma del Memorandum fue en un principio aceptado por la Amia y la Daia hasta que recibieron instrucciones de la embajada de Israel. Ni a Israel ni a Estados Unidos están interesados en la verdad. Solamente les interesaba mantener la acusación contra Irán para constituirla como el Gran |Satán de la civilización. Los iraníes no aceptaron continuar con el acuerdo porque desconfiaron de la imparcialidad de la justicia argentina subordinada como su inteligencia a los intereses norteamericanos e israelíes. Lamentablemente no estaban desacertados
Por último, la identificación de Hezbollah con Irán es equivocada. Hezbollah es una fuerza que representa la corriente Schii del islamismo. En su seno encontramos iraníes, pero también sirios, árabes yemeníes, libios, también se encuentra en sus filas europeos, como franceses, belgas, alemanes. Hezbollah tiene representación parlamentaria en Líbano.
Lamentablemente sobre la Shoah ha habido diversas apropiaciones que siempre tuvieron un contenido ideológico. Está lo que Norman Finkelstein llamó La industria del holocausto. Esto es constituir aquella tragedia para construir una especie de víctima metafísica para justificar toda la política reaccionaria que lleva adelante Israel.
Los representantes de Daia y Amia son sus más recalcitrantes servidores y está por otro lado, quienes consideran la Shoá en palabras de Rafecas> Ese gran agujero negro de la modernidad que hecha su sombra sobre la cuestión de la condición humana.
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viernes, 9 de septiembre de 2016
Murió a contramano entorpeciendo el tráfico
Otro muerto por la negligencia criminal del PRO
Nuevo derrumbe, otra negligencia, otro laburante que muere, para ser olvidado la semana que viene
Paradoja (?), el derrumbe ocurrió a metros de la casa donde viven los padres del muchacho que murió en otro derrumbe, el del gimnasio de Villa Urquiza
En su homenaje, nadie mejor que Chico para contar esto
Nuevo derrumbe, otra negligencia, otro laburante que muere, para ser olvidado la semana que viene
Paradoja (?), el derrumbe ocurrió a metros de la casa donde viven los padres del muchacho que murió en otro derrumbe, el del gimnasio de Villa Urquiza
En su homenaje, nadie mejor que Chico para contar esto
martes, 31 de mayo de 2016
Querían preguntar, pero no repreguntan...
En La Política Online aparece esta nota sobre MM y la guita que le apareció "redepente". Extraemos esta parte
"Ante una pregunta sobre si puede explicar la procedencia de esos fondos y si estaban depositados en un principio en sendas cuentas en Estados Unidos y en Suiza, el jefe de Estado se limitó a responder que "no, siempre estuvieron en el mismo lugar, lo que pasa es que al banco donde los tenía lo compró otro".
"Tenía una cuenta en Merril Lynch y a ese (banco) lo compró Julius Baer", detalló Macri, pero no está claro porqué si un banco compra a otro, esto implica un cambio de jurisdicción de los fondos. Lo natural es que cambie la propiedad de la entidad pero no que se muevan de países los ahorros de sus clientes y menos sin consultarlos."
Y agregamos: ningún periodista repreguntó, y menos fue a fijarse si lo que decía era cierto. Lo hicimos... aquí lo que publicó El País hace 3 años
elpais.com › 21/07/2013 - 00:00 CEST. Julius Baer ha comprado el negocio de banca privada de Merrill Lynch.
O sea, nuevamente Macri mintió en la cara de todos, y nadie repregunta...
"Ante una pregunta sobre si puede explicar la procedencia de esos fondos y si estaban depositados en un principio en sendas cuentas en Estados Unidos y en Suiza, el jefe de Estado se limitó a responder que "no, siempre estuvieron en el mismo lugar, lo que pasa es que al banco donde los tenía lo compró otro".
"Tenía una cuenta en Merril Lynch y a ese (banco) lo compró Julius Baer", detalló Macri, pero no está claro porqué si un banco compra a otro, esto implica un cambio de jurisdicción de los fondos. Lo natural es que cambie la propiedad de la entidad pero no que se muevan de países los ahorros de sus clientes y menos sin consultarlos."
Y agregamos: ningún periodista repreguntó, y menos fue a fijarse si lo que decía era cierto. Lo hicimos... aquí lo que publicó El País hace 3 años
elpais.com › 21/07/2013 - 00:00 CEST. Julius Baer ha comprado el negocio de banca privada de Merrill Lynch.
O sea, nuevamente Macri mintió en la cara de todos, y nadie repregunta...
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domingo, 29 de mayo de 2016
El artículo censurado de Hernán Brienza
Sacado de su face
¿Y si hablamos de corrupción en serio? (Parte II)
Hernán Brienza
El gran problema en la Argentina no es la corrupción. El problema es la educación. Evidentemente la calidad de nuestros establecimientos de enseñanza es muy baja, ya que el editor del Perfil.com, de Clarín, de TN, de Infobae y otros medios no tienen aprobado el nivel uno de lecto-comprensión del castellano. Puede ocurrir que, como en el caso de la gallina hayan puesto el huevo y por eso sus jefes los manden a cacarear, pero ese es otro tema. El autor de esta nota escribió la semana pasada:
“No se trata de defender la corrupción en esta nota. Quien escribe esta nota sólo ha recibido dinero a cambio de su trabajo, bueno o malo, equivocado o no. Siento una repulsa moral, heredada de cierto ascetismo cristiano, respecto de la riqueza rápidamente adquirida, considero con Honoré de Balzac que "detrás de toda gran fortuna siempre hay un crimen" y mira con desconfianza, incluso, a los apropiadores de plusvalía. De lo que se trata en este texto es de comprender no de justificar. De explicar que no es reprimiendo en un show mediático a un par de ladrones que se lucha contra la corrupción, porque ella está adherida como la hiedra al financiamiento de la política”.
Les hago una pregunta, compañeros poetas, ¿de verdad no entienden este párrafo? ¿Tan brutos e ignorantes son? ¿No saben leer? ¿No saben interpretar? ¿O, en realidad, saben leer y les están mintiendo a sus lectores? Y si les mienten a sus lectores por órdenes de sus jefes y ni siquiera se animan a firmar sus notas responsabilizándose de las sandeces que hace, porque saben que están realizando mala praxis, no son unos corruptos sinvergüenzas que se regalan al mejor postor por un sanguchito y una coca? Quien titula “Un periodista K justifica la corrupción” a secas ¿es bruto y malintencionado él o alguien le ordena hacer ese trabajito sucio? Del “Gran Diario Argentino”, que sustrajo a la familia Graiver Papel Prensa y perjudicó al Estado con una compra fraudulenta, el mismo que estafó a los jubilados con las operaciones de acciones de las AFJP, el mismo que extorsionó a todos los argentinos, vía el Estado, para quedarse con un monopolio mediático, el mismo trust que tiene cuentas en el exterior evadiendo impuestos de todos los argentinos, se puede esperar cualquier cosa. Pero de Perfil, es sorprendente, porque es mala intención o discapacidad cognitiva sino moral. Una pena.
Y ahora sí, pasemos a lo importante. El teórico Robert Dahl en su fundacional libro Politics, Economics and Welfare, escrito ya en 1953, reduce la democracia a una cuestión procedimental y la resume en cuatro criterios que definen a los sistemas políticos:
a) Derecho a voto.
b) Igualdad de voto.
c) Subordinación de los funcionarios no elegidos a los elegidos.
d) Posibilidad de alternativa en el gobierno.
e) Pluralidad de fuentes de información.
f) Oportunidad de políticas y candidatos alternativos.
Tomando esta definición básica de democracia que no es la única ni la mejor, pero es la más aceptada en Ciencia Política, uno podría decir que nuestro sistema ha atravesado diferentes momentos. Aclaro: esta es una definición mínima y conservadora, como les gusta a los intelectuales y periodistas liberales conservadores como los de Clarín, La Nación, Perfil, etcétera, por lo tanto, estoy teorizando en la cancha ajena.
En el siglo XIX, la supuesta época de oro del liberalismo republicano conservador, el sistema político argentino no cumplía casi ninguno de los preceptos. El b) y el c) quizás sí. Sin embargo, nuestros teóricos vernáculos añoran aquellos años en los que pocos tenían derecho a voto, no había alternancia en el gobierno –siempre gobernaba el partido oficial-, no había pluralidad de información, y sólo podían gobernar los ricos. Por esa razón se llamó a ese período, el Orden Conservador o la República Oligárquica. Me gusta categorizar ese periodo como el de “cuasi democracia” o “semi república”.
Durante el siglo XX, los constantes caprichos del liberalismo pretoriano sometió a la sociedad argentina al festival sangriento de los golpes de Estado y las dictaduras militares. Las mayorías seguían sin poder votar libremente.
Nacida en términos procedimentales, en 1983, el sistema democrático de partidos comenzó a cumplir con algunos de los requisitos de la definición de Dahl y Charles Lindblom, sobre todo los cuatro primeros criterios. Pero con el paso de los años, con la brutal concentración de Medios de Comunicación, la capacidad competitiva de los candidatos se va haciendo más corta, más breve, más mezquina. Hoy, en la Argentina, es imposible hacer política sin recursos. Y los recursos se obtienen de los grandes grupos económicos y mediáticos o del financiamiento de la política. Sin el financiamiento espurio de la política, sólo pueden competir los ricos, como en el siglo XIX, entonces la “democracia” se convierte en el gobierno de los poderosos, es decir, “el gobierno de los ricos, por los ricos y para los ricos”, dicho esto malversando la cita de Abraham Lincoln. Claro, la corrupción –el financiamiento espurio- no garantiza la “democracia”, pero amplía las posibilidades de competitividad. Como escribió el autor de la nota la semana pasada: “la corrupción democratiza la política de forma espeluznante”, es decir de forma terrorífica. Pero, claro, al inmoral del editor de Clarín, de Perfil y de Infobae -utilizo el singular porque ¿será el mismo editor o jefe?- se le olvidó poner la palabra “espeluznante”, entonces, el lector estúpido cae en la trampa y lee “un periodista K justifica la corrupción”… (Son tan lindos, chicos…) y, en realidad, lo que estoy diciendo es que la corrupción es terrorífica, espeluznante, pero a pesar de eso amplía la posibilidad de competitividad del sistema democrático.
En este punto hay que aclarar lo siguiente: el sistema democrático continúa restringido; es decir, sólo pueden hacer política aquellos que son ricos u obtienen recursos desde los oficialismos. Y ahí está el corazón de la cuestión, sólo que el e(o)nanismo intelectual de los periodistas e intelectual mercenarios no alcanzaron a ver: Quien no tiene recursos no puede hacer política. Pero de ese desafío deberá hacerse cargo la sociedad. Mientras la sociedad sea cómplice de los medios de comunicación actuales seguirá quedando presa de los ricos y/o de los que se financian espuriamente.
Yo, Hernán Brienza, deseo que haya otra forma de hacer política, sólo cumplo con describir lo que veo. Porque soy un convencido de que la “verdad” –así, chiquita, humilde, entre comillas- nos hace libres. Y la estupidez, la miseria, la mezquindad y la miserabilidad nos hace esclavos de los poderosos. Ser filosóficamente Cínico es decir la verdad aunque duela. Ser hipócrita es mentir, ocultar, tapar la propia miseria. Escribo esto desde un diario hecho por trabajadores, de trabajadores que han sido víctimas de un empresario corrupto e inescrupuloso como Sergio Spolszki, quien también se ha beneficiado con el financiamiento de la política.
Por lo demás, liberen a Milagro Sala.
¿Y si hablamos de corrupción en serio? (Parte II)
Hernán Brienza
El gran problema en la Argentina no es la corrupción. El problema es la educación. Evidentemente la calidad de nuestros establecimientos de enseñanza es muy baja, ya que el editor del Perfil.com, de Clarín, de TN, de Infobae y otros medios no tienen aprobado el nivel uno de lecto-comprensión del castellano. Puede ocurrir que, como en el caso de la gallina hayan puesto el huevo y por eso sus jefes los manden a cacarear, pero ese es otro tema. El autor de esta nota escribió la semana pasada:
“No se trata de defender la corrupción en esta nota. Quien escribe esta nota sólo ha recibido dinero a cambio de su trabajo, bueno o malo, equivocado o no. Siento una repulsa moral, heredada de cierto ascetismo cristiano, respecto de la riqueza rápidamente adquirida, considero con Honoré de Balzac que "detrás de toda gran fortuna siempre hay un crimen" y mira con desconfianza, incluso, a los apropiadores de plusvalía. De lo que se trata en este texto es de comprender no de justificar. De explicar que no es reprimiendo en un show mediático a un par de ladrones que se lucha contra la corrupción, porque ella está adherida como la hiedra al financiamiento de la política”.
Les hago una pregunta, compañeros poetas, ¿de verdad no entienden este párrafo? ¿Tan brutos e ignorantes son? ¿No saben leer? ¿No saben interpretar? ¿O, en realidad, saben leer y les están mintiendo a sus lectores? Y si les mienten a sus lectores por órdenes de sus jefes y ni siquiera se animan a firmar sus notas responsabilizándose de las sandeces que hace, porque saben que están realizando mala praxis, no son unos corruptos sinvergüenzas que se regalan al mejor postor por un sanguchito y una coca? Quien titula “Un periodista K justifica la corrupción” a secas ¿es bruto y malintencionado él o alguien le ordena hacer ese trabajito sucio? Del “Gran Diario Argentino”, que sustrajo a la familia Graiver Papel Prensa y perjudicó al Estado con una compra fraudulenta, el mismo que estafó a los jubilados con las operaciones de acciones de las AFJP, el mismo que extorsionó a todos los argentinos, vía el Estado, para quedarse con un monopolio mediático, el mismo trust que tiene cuentas en el exterior evadiendo impuestos de todos los argentinos, se puede esperar cualquier cosa. Pero de Perfil, es sorprendente, porque es mala intención o discapacidad cognitiva sino moral. Una pena.
Y ahora sí, pasemos a lo importante. El teórico Robert Dahl en su fundacional libro Politics, Economics and Welfare, escrito ya en 1953, reduce la democracia a una cuestión procedimental y la resume en cuatro criterios que definen a los sistemas políticos:
a) Derecho a voto.
b) Igualdad de voto.
c) Subordinación de los funcionarios no elegidos a los elegidos.
d) Posibilidad de alternativa en el gobierno.
e) Pluralidad de fuentes de información.
f) Oportunidad de políticas y candidatos alternativos.
Tomando esta definición básica de democracia que no es la única ni la mejor, pero es la más aceptada en Ciencia Política, uno podría decir que nuestro sistema ha atravesado diferentes momentos. Aclaro: esta es una definición mínima y conservadora, como les gusta a los intelectuales y periodistas liberales conservadores como los de Clarín, La Nación, Perfil, etcétera, por lo tanto, estoy teorizando en la cancha ajena.
En el siglo XIX, la supuesta época de oro del liberalismo republicano conservador, el sistema político argentino no cumplía casi ninguno de los preceptos. El b) y el c) quizás sí. Sin embargo, nuestros teóricos vernáculos añoran aquellos años en los que pocos tenían derecho a voto, no había alternancia en el gobierno –siempre gobernaba el partido oficial-, no había pluralidad de información, y sólo podían gobernar los ricos. Por esa razón se llamó a ese período, el Orden Conservador o la República Oligárquica. Me gusta categorizar ese periodo como el de “cuasi democracia” o “semi república”.
Durante el siglo XX, los constantes caprichos del liberalismo pretoriano sometió a la sociedad argentina al festival sangriento de los golpes de Estado y las dictaduras militares. Las mayorías seguían sin poder votar libremente.
Nacida en términos procedimentales, en 1983, el sistema democrático de partidos comenzó a cumplir con algunos de los requisitos de la definición de Dahl y Charles Lindblom, sobre todo los cuatro primeros criterios. Pero con el paso de los años, con la brutal concentración de Medios de Comunicación, la capacidad competitiva de los candidatos se va haciendo más corta, más breve, más mezquina. Hoy, en la Argentina, es imposible hacer política sin recursos. Y los recursos se obtienen de los grandes grupos económicos y mediáticos o del financiamiento de la política. Sin el financiamiento espurio de la política, sólo pueden competir los ricos, como en el siglo XIX, entonces la “democracia” se convierte en el gobierno de los poderosos, es decir, “el gobierno de los ricos, por los ricos y para los ricos”, dicho esto malversando la cita de Abraham Lincoln. Claro, la corrupción –el financiamiento espurio- no garantiza la “democracia”, pero amplía las posibilidades de competitividad. Como escribió el autor de la nota la semana pasada: “la corrupción democratiza la política de forma espeluznante”, es decir de forma terrorífica. Pero, claro, al inmoral del editor de Clarín, de Perfil y de Infobae -utilizo el singular porque ¿será el mismo editor o jefe?- se le olvidó poner la palabra “espeluznante”, entonces, el lector estúpido cae en la trampa y lee “un periodista K justifica la corrupción”… (Son tan lindos, chicos…) y, en realidad, lo que estoy diciendo es que la corrupción es terrorífica, espeluznante, pero a pesar de eso amplía la posibilidad de competitividad del sistema democrático.
En este punto hay que aclarar lo siguiente: el sistema democrático continúa restringido; es decir, sólo pueden hacer política aquellos que son ricos u obtienen recursos desde los oficialismos. Y ahí está el corazón de la cuestión, sólo que el e(o)nanismo intelectual de los periodistas e intelectual mercenarios no alcanzaron a ver: Quien no tiene recursos no puede hacer política. Pero de ese desafío deberá hacerse cargo la sociedad. Mientras la sociedad sea cómplice de los medios de comunicación actuales seguirá quedando presa de los ricos y/o de los que se financian espuriamente.
Yo, Hernán Brienza, deseo que haya otra forma de hacer política, sólo cumplo con describir lo que veo. Porque soy un convencido de que la “verdad” –así, chiquita, humilde, entre comillas- nos hace libres. Y la estupidez, la miseria, la mezquindad y la miserabilidad nos hace esclavos de los poderosos. Ser filosóficamente Cínico es decir la verdad aunque duela. Ser hipócrita es mentir, ocultar, tapar la propia miseria. Escribo esto desde un diario hecho por trabajadores, de trabajadores que han sido víctimas de un empresario corrupto e inescrupuloso como Sergio Spolszki, quien también se ha beneficiado con el financiamiento de la política.
Por lo demás, liberen a Milagro Sala.
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martes, 26 de abril de 2016
Uno de los gonca que escrachó al Chino Zannini
Acá está, se trata de un patovica de apellido Palumbo, de Mar del Plata. Valiente cuando anda en patota, parece
La nota completa, acá
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domingo, 17 de abril de 2016
El sol está saliendo
Después de cuatro meses de ignonimias y desastres, el sol empezó a salir ...
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sábado, 9 de abril de 2016
Si la tocan a Cristina.....
El 13 y siempre, bancando a Cristina donde estés!!!
No crea la antipatria que se la va a llevar de arriba
PD: no lleven a sus chicos, no es un acto de los años felices. Calzado cómodo, documentos y tratar de no ir solo. Avisar a otra gente a dónde fue uno. De paso, bufanda o pañuelo grande y un limón, por si los gases
No crea la antipatria que se la va a llevar de arriba
PD: no lleven a sus chicos, no es un acto de los años felices. Calzado cómodo, documentos y tratar de no ir solo. Avisar a otra gente a dónde fue uno. De paso, bufanda o pañuelo grande y un limón, por si los gases
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domingo, 14 de febrero de 2016
Hora de ir aflojando con el sectarismo
Grimson habla sobre lo ocurrido con el triunfo de Macri, nuestra derrota y la tarea política que nos espera. Imperdible.
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miércoles, 10 de febrero de 2016
¡¡Volvió la alegría, vieja!!
Otra vez al aire El Sorete!
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miércoles, 20 de enero de 2016
El kirchnerismo no puede seguir obviando al sindicalismo
Lo tomamos del blog de Salinas, Pájaro Rojo. Nos pareció un análisis excelente sobre cómo el kirchnerismo no puede fosilizarse en una especie de Junta Coordinadora como la de las épocas de Alfonsín
La cita original, aquí
El texto de Gabriel Fernández sigue abajo
FPV POLÉMICA
El gran río, los brazos, el delta
Por GABRIEL FERNÁNDEZ / LA SEÑAL MEDIOS – Área rea Periodística de Radio Gráfica
Si abrevamos en el concepto de contradicción, hallaremos varias opciones interpretativas. Nos interesa, sin cerrarnos, esa variante inteligente que mientras admite la existencia del contraste, sabe o al menos intenta, diferenciar entre el principal y los secundarios. Todo esto acompasado por apreciaciones más cotidianas: el ser humano es muy variado, por tanto su proceder es diverso. Y lo es aún cuando proceda colectivamente de modo unificado. ¿Y el movimiento obrero? Ya veremos.
Por estas horas, como ratificando el decir de sus adherentes duros en las semanas recientes, Cristina Fernández de Kirchner se refirió a los “dirigentes sindicales”. Lo hizo con dos asertos esenciales, en pocos minutos de charla grabada por un celular: son todos más o menos parecidos, los metió en la bolsa, y son ajenos, pues los derechos los defiende cada miembro del pueblo sin intermediarios, cada integrante “empoderado”.
Late allí –CFK no lo dice, seamos honestos- pero late, otra dualidad con intensidad política: kirchnerismo – peronismo. De la objeción al reclamo por el impuesto a las ganancias se pasa, en lo tácito, a recriminar ausencias e indisciplinas. Alejamientos. Pero más por debajo aún se palpa, al menos lo siente quien vivió varios períodos y no sólo el más reciente, aquél antiguo disconformismo, aquella lejana incomodidad, de las capas medias del movimiento para con los sindicalistas.
Esto no lo hace saber nuestra líder más votada y sin dudas portadora de logros gubernamentales extraordinarios que hemos marcado sin cesar en estas páginas, pero si lo manifiestan con total franqueza los militantes más duros de su vertiente: ahora no reclaman, ahora donde están, son unos traidores, pactaron con Macri, etc. Usted los lee continuamente, o usted dice y escribe esas mismas cosas lector, y sabe a lo que nos referimos sin exagerar.
Ahora bien, el dilema no es sencillo. Hemos indicado que se trata de militantes de nuestro movimiento; no estamos hablando de esos gorilones que odian a Cristina, al kirchnerismo, al peronismo, al populismo, a Chávez y a todo lo mejor que construyó América latina en la Década realmente Ganada. Por tanto, en primera instancia: tienen pleno derecho a debatir y a plantear diferencias. No viene por ahí la objeción de este texto; ya verá.
Vamos un tranco hacia atrás. Un puñado de dirigentes se desprendió del movimiento nacional hace varios años. Grave error que puede equipararse con el deletéreo concepto de traición. Pero resultaron eso: un puñado de dirigentes que en modo alguno representan a los centenares y más de sindicatos y sindicalistas que permanecieron firmes junto al gobierno nacional y popular. Para empezar entonces, una generalización es injusta, aunque además errónea. Si el conjunto del sindicalismo hubiera aceptado la coordinación de las corporaciones, empezando por Clarín, el gobierno de Cristina hubiera caído antes de los comicios del 22 de noviembre.
Luego, es pertinente señalar que tras la fuga de esos pocos sindicalistas, el gobierno impulsó la creación de una agrupación juvenil asentada en empleados del Estado. Esto hay que decirlo, porque no es eso lo que está mal: ser militante no es ser ñoqui, ser militante es entregar la vida cotidiana al mejoramiento del país. Eso son los pibes a los cuales hacemos referencia. El problema es que un agrupamiento de esa naturaleza, no está en condiciones de conducir hegemónicamente un movimiento bravío como el peronismo y mucho menos, de disciplinar al gremialismo en la Argentina.
No se trata de un deber ser. Es una realidad. La mayoría de los sindicatos argentinos no traicionaron nada en este período. Han crecido gracias al proceso industrializador impulsado por el kirchnerismo, lo han agradecido y han movilizado… hasta que se lo permitió esa hegemonía juvenil. Porque créase o no, en este período los sindicatos integraron a una masa enorme de nuevos militantes de base; delegados, activistas, pibes que también se lanzaron a bregar por un mundo mejor… pero que poseen diferencias sociales con los antedichos.
Meses atrás, cuando todavía el debate en el movimiento se asentaba en quién sería el candidato y si se ganaba en primera o segunda vuelta, un dirigente sindical de extrema confianza dijo a este periodista “estuve pensando; está muy bueno lo de los patios de la Rosada cuando habla Cristina, muy bueno… pero ¿sabés qué? ¡Son patios blancos!”. Le pregunté que quería indicar y explicó: “Nuestros pibes no pueden entrar, van y quedan afuera, después ya no van, es todo de La Campora, y nada más, son chicos macanudos, pero están dejando fuera a trabajadores de su misma edad, que quieren ir a ¡respaldar a Cristina! Ahí tenemos un problema”, señaló, perspicaz.
Y más. En diálogo más reciente con un sincero –en privado- militante de la famosa agrupación juvenil en cuestión, aseveró: “También ¿era necesario que tuviéramos todos todos los cargos en las listas y la mayoría de los funcionarios en los ministerios?”. Está claro. Quien suponga que esto es propaganda de La Nación que lo crea y entonces no se habla más, la verticalidad se impone para todos y todas y no se discute nada. Pero el movimiento nacional discute, corcovea, se enoja y plantea. Porque si no, los errores se repiten. Por ejemplo: ¿A nadie se le ocurrió que los sindicatos afines, los que se quedaron valga la reiteración, merecían puestos adecuados en el Ministerio de Trabajo? ¿Nadie supuso que para mejorar la actividad electoral el sindicalismo tenía derecho a insertar candidatos en las listas?
Pregunta simple: ¿Por qué no?
Es decir, el alejamiento se fue construyendo paso a paso, desde la asunción de Cristina hasta el presente. Derivó en la formación de un frente con identidad peronista al costado del Frente para la Victoria –a nuestro entender el FPV es la verdadera representación del movimiento nacional- y concluyó con una fuga de votos apreciable. Esos votos no podían ser contenidos en su totalidad porque estaban influenciados por otros factores, especialmente mediáticos, pero si parcialmente de haberse elaborado con más tacto el vínculo con el movimiento obrero organizado y con sectores de identidad peronista histórica.
No renegamos de nuestras palabras: hemos señalado oportunamente que el pueblo argentino vota populismo de centroizquierda y podemos realizar una narración ajustada, comicio por comicio en el orden ejecutivo nacional, que refrenda el comentario. Alguien dirá que los sindicatos no encarnan claramente ese perfil de centroizquierda. Entonces señalamos: no conocen a los gremios y a sus dirigentes que quedaron de este lado de la línea; no son nazis, ni fascistas ni corporativistas. Son compañeros con ideas bastante avanzadas y ya muy distantes de Moyano, ni qué hablar de Barrionuevo o Venegas. No los conocen porque muchos militantes de las capas medias también se guían por la orientación que reciben de los medios concentrados.
Pero además: no hay populismo sin sindicatos. Lo que es decir, como hemos indicado: no hay proyecto nacional sin movimiento obrero. La ausencia de Moyano se hizo sentir por su capacidad para arrastrar a la UTA, por la incapacidad propia para retener a la UTA, pero sobre todo por el destrato oficial hacia los sindicatos que se afirmaron en la defensa del Proyecto Nacional y Popular sin recibir un reconocimiento adecuado. Sin cámaras ni medios para hacerse ver y oír (salvo los nacional – populares carentes de financiamiento) y sin reuniones adecuadas con las áreas de Economía, Trabajo y Desarrollo Social.
Ahora bien. Todo este texto tiene la intención de amalgamar lo que se está desperdigando porque ya está visto que con una sola vertiente –el kirchnerismo- aunque sea la más votada y la más movilizada, no se logra vencer. Vencer en toda la línea, no sólo electoralmente, si se entiende. Y porque la reverberancia callejera de la adhesión del movimiento obrero organizado es una de las grandes armas culturales del movimiento nacional para combatir las campañas comunicacionales imperiales. Porque el kirchnerismo es un peronismo y no puede desplegarse sin integrar a su contradicción previa, no antagónica. Si la niega, pierde un componente de la elaboración.
Si el kirchnerismo no es un peronismo, como pretenden algunos entusiastas, entonces el kircherismo es una agrupación de clase media motorizada por individuos desorganizados que se juntan en una plaza convocados desde las redes sociales para efectuar demandas justas. Eso está muy bien pero con eso no se ganan las elecciones ni la hegemonía cultural nacional. La responsabilidad siempre recae en el liderazgo mayor. Entonces, este es un texto, también, destinado a respaldar a Cristina Fernández de Kirchner. A plantearle que sin el peronismo y sin el movimiento obrero organizado, ella pasaría de ser la jefa del movimiento en general, a la jefa de La Cámpora. Y lo que queremos es que asuma integralmente el liderazgo.
Pero el liderazgo está relacionado con la persuasión. Cada sector debe sentirse reconocido por el conductor, porque cuando hay zonas de exclusión la intensidad militante baja y los compañeros no saben bien qué hacer para apoyar un proceso que apoyan. Es común entre los dirigentes que arriban al peronismo desde la izquierda malinterpretar nuestra historia y presuponer que este movimiento es elementalmente vertical. No lo ha sido, ni con Perón, no lo es ni puede serlo, pues sus variados componentes encarnan fuerzas reales que batallan por salir a luz, expresarse y obtener cuotas de poder decisorio. Por tanto, tampoco es “elemental”: eso del choripán es un problema de La Nación y satélites, pero las ideas que fluyen por estos barrios son bien complejas.
Desde Jauretche y Scalabrini hasta Ubaldini, desde Cooke hasta Laclau, desde Rearte hasta Ongaro, desde Walsh hasta Ferla, desde el programa de Huerta Grande hasta los 23 puntos de la CGT, desde Perón hasta Cristina pasando por Néstor, por sólo citar un puñado, se registran dentro del peronismo tremendos y violentos debates democráticos –si, como discute nuestro pueblo, con energía y participación- que a su vez encarnan intereses profundos y vigorosos. La anulación de esos cruces a través de la hegemonía verticalizada sobre una agrupación, que además carece de la organización social de base adecuada, resulta letal y fuerza que los planteos emerjan descoordinados por aquí y por allá. El intento de encauzar esa trayectoria en pensadores como Ricardo Forster, una simplicación costosa.
Es claro que Cristina es jefa y cabalmente representativa. Es claro que La Cámpora es numéricamente importante y ha canalizado una militancia joven y valiosa. Lo que no es claro es porqué la líder y sus compañeros no dialogan con el resto del movimiento para incluirlo y potenciar así su propio desarrollo. Ahora bien, si quienes ocupan ese lugar recurren a la sencilla caracterización de toda disidencia como traición (a este periodista, por caso), estaremos condenados a configurarnos como una vertiente de los sectores medios altamente movilizados pero sin posibilidades cabales de victoria ante deficiencias para abarcar el arco social propio.
Y además, sesgando hacia un detalle: ¿quién fue el genio que desde Canal 7 dispuso en los últimos tres años que en los actos públicos y masivos del oficialismo se enfocara sólo las banderas de La Cámpora? ¿Creyeron que no se notaría que volcaban la cámara cuando arribaban el Evita, el Kolina, los sindicatos, los agrupamientos sociales? La dirección periodística de las transmisiones de esos magníficos eventos logró transformar enormes movilizaciones populares en festivales de muchachos porteños. Lo cual se constituyó en un verdadero festival para los medios concentrados.
En la lectura del tiempo histórico corto, puede suponerse que el kirchnerismo inventó todo desde la nada. Esa puede ser incluso, la legítima percepción de sus hacedores. Legítima pero equivocada. El pensamiento nacional con epicentro en el forjismo, el movimiento obrero pese a las defecciones y las organizaciones sociales en el último tramo del siglo anterior, mantuvieron banderas que fueron retomadas. La gran gesta del 19 y 20 de diciembre del 2001 quebró la cerviz del neoliberalismo y abrió las puertas al paso de la historia. Felizmente, el kirchnerismo observó esa herencia, se montó sobre ella y condujo la nación hacia un progreso que años antes resultaba impensable.
La admisión de ese decurso enriquece. Es doloroso que algunos compañeros supongan que desmerece los logros del tramo reciente: los realza como parte de una historia de luchas sorprendente, inteligente y heroica. Pero algo más para terminar: es preciso sacudirse esa prevención social en contra de los sindicatos. Ese gesto cultural que aleja porque lleva a percibir ajenidad sobre un espacio vertebral del movimiento nacional y popular, y por lo tanto del Proyecto que con gallardía el kirchnerismo ha llevado adelante.
Los cambios los hacen los pueblos. Las franjas militantes contribuyen a acompañar, esclarecer y organizar. Cuando se alejan y pretenden decirle a los pueblos todo lo que tienen que hacer, están sustituyendo sus organizaciones, pero sobre todo sus ritmos, sus culturas, sus representaciones genuinas. Estamos a tiempo de ensamblar lo propio. Somos una potencia extraordinaria. Podemos ser una totalidad sin abandonar nuestras concepciones parciales.
La cita original, aquí
El texto de Gabriel Fernández sigue abajo
FPV POLÉMICA
El gran río, los brazos, el delta
Por GABRIEL FERNÁNDEZ / LA SEÑAL MEDIOS – Área rea Periodística de Radio Gráfica
Si abrevamos en el concepto de contradicción, hallaremos varias opciones interpretativas. Nos interesa, sin cerrarnos, esa variante inteligente que mientras admite la existencia del contraste, sabe o al menos intenta, diferenciar entre el principal y los secundarios. Todo esto acompasado por apreciaciones más cotidianas: el ser humano es muy variado, por tanto su proceder es diverso. Y lo es aún cuando proceda colectivamente de modo unificado. ¿Y el movimiento obrero? Ya veremos.
Por estas horas, como ratificando el decir de sus adherentes duros en las semanas recientes, Cristina Fernández de Kirchner se refirió a los “dirigentes sindicales”. Lo hizo con dos asertos esenciales, en pocos minutos de charla grabada por un celular: son todos más o menos parecidos, los metió en la bolsa, y son ajenos, pues los derechos los defiende cada miembro del pueblo sin intermediarios, cada integrante “empoderado”.
Late allí –CFK no lo dice, seamos honestos- pero late, otra dualidad con intensidad política: kirchnerismo – peronismo. De la objeción al reclamo por el impuesto a las ganancias se pasa, en lo tácito, a recriminar ausencias e indisciplinas. Alejamientos. Pero más por debajo aún se palpa, al menos lo siente quien vivió varios períodos y no sólo el más reciente, aquél antiguo disconformismo, aquella lejana incomodidad, de las capas medias del movimiento para con los sindicalistas.
Esto no lo hace saber nuestra líder más votada y sin dudas portadora de logros gubernamentales extraordinarios que hemos marcado sin cesar en estas páginas, pero si lo manifiestan con total franqueza los militantes más duros de su vertiente: ahora no reclaman, ahora donde están, son unos traidores, pactaron con Macri, etc. Usted los lee continuamente, o usted dice y escribe esas mismas cosas lector, y sabe a lo que nos referimos sin exagerar.
Ahora bien, el dilema no es sencillo. Hemos indicado que se trata de militantes de nuestro movimiento; no estamos hablando de esos gorilones que odian a Cristina, al kirchnerismo, al peronismo, al populismo, a Chávez y a todo lo mejor que construyó América latina en la Década realmente Ganada. Por tanto, en primera instancia: tienen pleno derecho a debatir y a plantear diferencias. No viene por ahí la objeción de este texto; ya verá.
Vamos un tranco hacia atrás. Un puñado de dirigentes se desprendió del movimiento nacional hace varios años. Grave error que puede equipararse con el deletéreo concepto de traición. Pero resultaron eso: un puñado de dirigentes que en modo alguno representan a los centenares y más de sindicatos y sindicalistas que permanecieron firmes junto al gobierno nacional y popular. Para empezar entonces, una generalización es injusta, aunque además errónea. Si el conjunto del sindicalismo hubiera aceptado la coordinación de las corporaciones, empezando por Clarín, el gobierno de Cristina hubiera caído antes de los comicios del 22 de noviembre.
Luego, es pertinente señalar que tras la fuga de esos pocos sindicalistas, el gobierno impulsó la creación de una agrupación juvenil asentada en empleados del Estado. Esto hay que decirlo, porque no es eso lo que está mal: ser militante no es ser ñoqui, ser militante es entregar la vida cotidiana al mejoramiento del país. Eso son los pibes a los cuales hacemos referencia. El problema es que un agrupamiento de esa naturaleza, no está en condiciones de conducir hegemónicamente un movimiento bravío como el peronismo y mucho menos, de disciplinar al gremialismo en la Argentina.
No se trata de un deber ser. Es una realidad. La mayoría de los sindicatos argentinos no traicionaron nada en este período. Han crecido gracias al proceso industrializador impulsado por el kirchnerismo, lo han agradecido y han movilizado… hasta que se lo permitió esa hegemonía juvenil. Porque créase o no, en este período los sindicatos integraron a una masa enorme de nuevos militantes de base; delegados, activistas, pibes que también se lanzaron a bregar por un mundo mejor… pero que poseen diferencias sociales con los antedichos.
Meses atrás, cuando todavía el debate en el movimiento se asentaba en quién sería el candidato y si se ganaba en primera o segunda vuelta, un dirigente sindical de extrema confianza dijo a este periodista “estuve pensando; está muy bueno lo de los patios de la Rosada cuando habla Cristina, muy bueno… pero ¿sabés qué? ¡Son patios blancos!”. Le pregunté que quería indicar y explicó: “Nuestros pibes no pueden entrar, van y quedan afuera, después ya no van, es todo de La Campora, y nada más, son chicos macanudos, pero están dejando fuera a trabajadores de su misma edad, que quieren ir a ¡respaldar a Cristina! Ahí tenemos un problema”, señaló, perspicaz.
Y más. En diálogo más reciente con un sincero –en privado- militante de la famosa agrupación juvenil en cuestión, aseveró: “También ¿era necesario que tuviéramos todos todos los cargos en las listas y la mayoría de los funcionarios en los ministerios?”. Está claro. Quien suponga que esto es propaganda de La Nación que lo crea y entonces no se habla más, la verticalidad se impone para todos y todas y no se discute nada. Pero el movimiento nacional discute, corcovea, se enoja y plantea. Porque si no, los errores se repiten. Por ejemplo: ¿A nadie se le ocurrió que los sindicatos afines, los que se quedaron valga la reiteración, merecían puestos adecuados en el Ministerio de Trabajo? ¿Nadie supuso que para mejorar la actividad electoral el sindicalismo tenía derecho a insertar candidatos en las listas?
Pregunta simple: ¿Por qué no?
Es decir, el alejamiento se fue construyendo paso a paso, desde la asunción de Cristina hasta el presente. Derivó en la formación de un frente con identidad peronista al costado del Frente para la Victoria –a nuestro entender el FPV es la verdadera representación del movimiento nacional- y concluyó con una fuga de votos apreciable. Esos votos no podían ser contenidos en su totalidad porque estaban influenciados por otros factores, especialmente mediáticos, pero si parcialmente de haberse elaborado con más tacto el vínculo con el movimiento obrero organizado y con sectores de identidad peronista histórica.
No renegamos de nuestras palabras: hemos señalado oportunamente que el pueblo argentino vota populismo de centroizquierda y podemos realizar una narración ajustada, comicio por comicio en el orden ejecutivo nacional, que refrenda el comentario. Alguien dirá que los sindicatos no encarnan claramente ese perfil de centroizquierda. Entonces señalamos: no conocen a los gremios y a sus dirigentes que quedaron de este lado de la línea; no son nazis, ni fascistas ni corporativistas. Son compañeros con ideas bastante avanzadas y ya muy distantes de Moyano, ni qué hablar de Barrionuevo o Venegas. No los conocen porque muchos militantes de las capas medias también se guían por la orientación que reciben de los medios concentrados.
Pero además: no hay populismo sin sindicatos. Lo que es decir, como hemos indicado: no hay proyecto nacional sin movimiento obrero. La ausencia de Moyano se hizo sentir por su capacidad para arrastrar a la UTA, por la incapacidad propia para retener a la UTA, pero sobre todo por el destrato oficial hacia los sindicatos que se afirmaron en la defensa del Proyecto Nacional y Popular sin recibir un reconocimiento adecuado. Sin cámaras ni medios para hacerse ver y oír (salvo los nacional – populares carentes de financiamiento) y sin reuniones adecuadas con las áreas de Economía, Trabajo y Desarrollo Social.
Ahora bien. Todo este texto tiene la intención de amalgamar lo que se está desperdigando porque ya está visto que con una sola vertiente –el kirchnerismo- aunque sea la más votada y la más movilizada, no se logra vencer. Vencer en toda la línea, no sólo electoralmente, si se entiende. Y porque la reverberancia callejera de la adhesión del movimiento obrero organizado es una de las grandes armas culturales del movimiento nacional para combatir las campañas comunicacionales imperiales. Porque el kirchnerismo es un peronismo y no puede desplegarse sin integrar a su contradicción previa, no antagónica. Si la niega, pierde un componente de la elaboración.
Si el kirchnerismo no es un peronismo, como pretenden algunos entusiastas, entonces el kircherismo es una agrupación de clase media motorizada por individuos desorganizados que se juntan en una plaza convocados desde las redes sociales para efectuar demandas justas. Eso está muy bien pero con eso no se ganan las elecciones ni la hegemonía cultural nacional. La responsabilidad siempre recae en el liderazgo mayor. Entonces, este es un texto, también, destinado a respaldar a Cristina Fernández de Kirchner. A plantearle que sin el peronismo y sin el movimiento obrero organizado, ella pasaría de ser la jefa del movimiento en general, a la jefa de La Cámpora. Y lo que queremos es que asuma integralmente el liderazgo.
Pero el liderazgo está relacionado con la persuasión. Cada sector debe sentirse reconocido por el conductor, porque cuando hay zonas de exclusión la intensidad militante baja y los compañeros no saben bien qué hacer para apoyar un proceso que apoyan. Es común entre los dirigentes que arriban al peronismo desde la izquierda malinterpretar nuestra historia y presuponer que este movimiento es elementalmente vertical. No lo ha sido, ni con Perón, no lo es ni puede serlo, pues sus variados componentes encarnan fuerzas reales que batallan por salir a luz, expresarse y obtener cuotas de poder decisorio. Por tanto, tampoco es “elemental”: eso del choripán es un problema de La Nación y satélites, pero las ideas que fluyen por estos barrios son bien complejas.
Desde Jauretche y Scalabrini hasta Ubaldini, desde Cooke hasta Laclau, desde Rearte hasta Ongaro, desde Walsh hasta Ferla, desde el programa de Huerta Grande hasta los 23 puntos de la CGT, desde Perón hasta Cristina pasando por Néstor, por sólo citar un puñado, se registran dentro del peronismo tremendos y violentos debates democráticos –si, como discute nuestro pueblo, con energía y participación- que a su vez encarnan intereses profundos y vigorosos. La anulación de esos cruces a través de la hegemonía verticalizada sobre una agrupación, que además carece de la organización social de base adecuada, resulta letal y fuerza que los planteos emerjan descoordinados por aquí y por allá. El intento de encauzar esa trayectoria en pensadores como Ricardo Forster, una simplicación costosa.
Es claro que Cristina es jefa y cabalmente representativa. Es claro que La Cámpora es numéricamente importante y ha canalizado una militancia joven y valiosa. Lo que no es claro es porqué la líder y sus compañeros no dialogan con el resto del movimiento para incluirlo y potenciar así su propio desarrollo. Ahora bien, si quienes ocupan ese lugar recurren a la sencilla caracterización de toda disidencia como traición (a este periodista, por caso), estaremos condenados a configurarnos como una vertiente de los sectores medios altamente movilizados pero sin posibilidades cabales de victoria ante deficiencias para abarcar el arco social propio.
Y además, sesgando hacia un detalle: ¿quién fue el genio que desde Canal 7 dispuso en los últimos tres años que en los actos públicos y masivos del oficialismo se enfocara sólo las banderas de La Cámpora? ¿Creyeron que no se notaría que volcaban la cámara cuando arribaban el Evita, el Kolina, los sindicatos, los agrupamientos sociales? La dirección periodística de las transmisiones de esos magníficos eventos logró transformar enormes movilizaciones populares en festivales de muchachos porteños. Lo cual se constituyó en un verdadero festival para los medios concentrados.
En la lectura del tiempo histórico corto, puede suponerse que el kirchnerismo inventó todo desde la nada. Esa puede ser incluso, la legítima percepción de sus hacedores. Legítima pero equivocada. El pensamiento nacional con epicentro en el forjismo, el movimiento obrero pese a las defecciones y las organizaciones sociales en el último tramo del siglo anterior, mantuvieron banderas que fueron retomadas. La gran gesta del 19 y 20 de diciembre del 2001 quebró la cerviz del neoliberalismo y abrió las puertas al paso de la historia. Felizmente, el kirchnerismo observó esa herencia, se montó sobre ella y condujo la nación hacia un progreso que años antes resultaba impensable.
La admisión de ese decurso enriquece. Es doloroso que algunos compañeros supongan que desmerece los logros del tramo reciente: los realza como parte de una historia de luchas sorprendente, inteligente y heroica. Pero algo más para terminar: es preciso sacudirse esa prevención social en contra de los sindicatos. Ese gesto cultural que aleja porque lleva a percibir ajenidad sobre un espacio vertebral del movimiento nacional y popular, y por lo tanto del Proyecto que con gallardía el kirchnerismo ha llevado adelante.
Los cambios los hacen los pueblos. Las franjas militantes contribuyen a acompañar, esclarecer y organizar. Cuando se alejan y pretenden decirle a los pueblos todo lo que tienen que hacer, están sustituyendo sus organizaciones, pero sobre todo sus ritmos, sus culturas, sus representaciones genuinas. Estamos a tiempo de ensamblar lo propio. Somos una potencia extraordinaria. Podemos ser una totalidad sin abandonar nuestras concepciones parciales.
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sábado, 16 de enero de 2016
Libertad a Milagro Sala
Exigimos la inmediata liberación de Milagro Sala
16 de enero de 2016
La detención de la titular de la agrupación Túpac Amaru, Milagro Sala, constituye un hecho gravísimo de violación al derecho de manifestarse públicamente y es además un claro acto de revanchismo por parte del gobernador de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales.
Se trata de una acción represiva que castiga a una militante histórica del movimiento popular, reconocida dentro y fuera de las fronteras de nuestro país.
Es inadmisible que sea encarcelada quien representa a los sectores sociales más postergados de la provincia de Jujuy y ha desarrollado su actividad dentro del marco de las garantías que brinda el sistema democrático.
Este atropello, suma un nuevo episodio a una larga lista de confrontaciones, que a lo largo de los años lo ha tenido a Gerardo Morales en una actitud de encono y agresión contra Milagro Sala que ya forma parte de la historia de esa provincia.
Es inadmisible que de buenas a primeras se quiera utilizar la fuerza para quitar del camino a una mujer que se ha ganado legítimamente el reconocimiento de quienes forman parte de los sectores sociales, que a lo largo de la historia de esa provincia vivieron marginados y en una situación de exclusión social absoluta.
Este acto represivo con el que se pretende poner fin al acampe que la organización Túpac Amaru viene desarrollando pacíficamente frente a la gobernación de Jujuy, constituye una violación al derecho de expresión en la vía pública. Los docentes estuvieron tres años en la Carpa Blanca en una protesta que nunca fue reprimida por la fuerza y existen sobrados antecedentes de situaciones similares en todo el país y en la misma provincia de Jujuy, que nunca fueron reprimidas con el encarcelamiento de sus organizadores. Entendemos, en tal sentido, que la detención de Milagro Sala es un hecho inadmisible y sin precedentes cuyas consecuencias pueden llegar a ser impredecibles.
La CTA de los Trabajadores exige al gobernador de la provincia, señor Gerardo Morales, la inmediata liberación de Milagro Sala y el respeto de las garantías constitucionales, para que la organización Túpac Amaru pueda seguir desarrollando sus actividades sociales en un marco de libertad y respeto hacia los derechos de los más humildes.
Hugo Yasky
Secretario General de la CTA de los Trabajadores
16 de enero de 2016
La detención de la titular de la agrupación Túpac Amaru, Milagro Sala, constituye un hecho gravísimo de violación al derecho de manifestarse públicamente y es además un claro acto de revanchismo por parte del gobernador de la provincia de Jujuy, Gerardo Morales.
Se trata de una acción represiva que castiga a una militante histórica del movimiento popular, reconocida dentro y fuera de las fronteras de nuestro país.
Es inadmisible que sea encarcelada quien representa a los sectores sociales más postergados de la provincia de Jujuy y ha desarrollado su actividad dentro del marco de las garantías que brinda el sistema democrático.
Este atropello, suma un nuevo episodio a una larga lista de confrontaciones, que a lo largo de los años lo ha tenido a Gerardo Morales en una actitud de encono y agresión contra Milagro Sala que ya forma parte de la historia de esa provincia.
Es inadmisible que de buenas a primeras se quiera utilizar la fuerza para quitar del camino a una mujer que se ha ganado legítimamente el reconocimiento de quienes forman parte de los sectores sociales, que a lo largo de la historia de esa provincia vivieron marginados y en una situación de exclusión social absoluta.
Este acto represivo con el que se pretende poner fin al acampe que la organización Túpac Amaru viene desarrollando pacíficamente frente a la gobernación de Jujuy, constituye una violación al derecho de expresión en la vía pública. Los docentes estuvieron tres años en la Carpa Blanca en una protesta que nunca fue reprimida por la fuerza y existen sobrados antecedentes de situaciones similares en todo el país y en la misma provincia de Jujuy, que nunca fueron reprimidas con el encarcelamiento de sus organizadores. Entendemos, en tal sentido, que la detención de Milagro Sala es un hecho inadmisible y sin precedentes cuyas consecuencias pueden llegar a ser impredecibles.
La CTA de los Trabajadores exige al gobernador de la provincia, señor Gerardo Morales, la inmediata liberación de Milagro Sala y el respeto de las garantías constitucionales, para que la organización Túpac Amaru pueda seguir desarrollando sus actividades sociales en un marco de libertad y respeto hacia los derechos de los más humildes.
Hugo Yasky
Secretario General de la CTA de los Trabajadores
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miércoles, 13 de enero de 2016
El despidómetro
Tomado del blog de Artemio. Lo repetimos sin mucho comentario, lo que está pasando es muy grave, no sólo por los despedidos, sino también por los que tienen trabajo y tendrán que fumarse la evaporación del poder de compra de sus salarios y negociar a la baja las próximas paritarias.
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lunes, 11 de enero de 2016
El silenciamiento de voces opositoras ...
En épocas de Isabel y López Rega el obelisco llegó a lucir este mensaje : "El silencio es salud"... parece que el macrismo anda preocupado con nuestros oídos....
martes, 5 de enero de 2016
El sitio del compañero Navarro
Accedan con frecuencia a El Destape Web, el sitio del compañero Roberto Navarro, que le está poniendo el cuerpo a la información de este lado de la grieta.
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