lunes, 13 de julio de 2015

Sobre el artículo (o cuentito) de Filkins, el periodista de The New Yorker que entrevistó a Cristina

Leímos el artículo de un tal periodista Filkins, de una revista muy apreciada por las intelligentzias "liberals" del Primer Mundo, llamada "The New Yorker".

El artículo está bien escrito, pero el periodista de The New Yorker no puede evitar caer en las burradas de todos los periodistas que buscan justificar su prejuicio y darle aires de misterio donde no lo hay .... lo lamentable es que estos reportajes dan una idea equivocada de las cosas. Y esto es particularmente peligroso cuando se trata de medios del Primer Mundo, por más intelectuales que sean, o "liberals", como les gusta llamar a un cierto izquierdismo light y snob que se cultiva en las sociedades desarrolladas. Que la cadena Fox nos tire mierda, bueno, es esperable. Que lo haga CNN, es para empezar a preocuparse. Y si lo hacen los medios considerados progresistas, estamos en problemas.

El artículo, a pesar de su mejor conformación, no deja de seguir el "relato" de los medios de por aquí. Hace algunas concesiones, por ejemplo que Clarín no siempre dice la verdad, o que Nisman tenía una vida un tanto disipada.

Pero no deja de caer en ciertas cosas que debieran llamar la atención de alguien que se supone es un experto en países donde pasan cosas raras y los jerarcas mandan a matar a los desafectos.

Una de ellas, ya clásica. Filkins pone mucho énfasis en las conversaciones telefónicas entre D'Elía, Fernandito Esteche y el tipo de la mezquita de Flores... como si los grandes asuntos entre Estados fueran a ser arreglados por unos cuatro de copas, todos argentinos. Suponiendo que fuera cierto el arreglo, el Gobierno lo hubiera hecho con representantes oficiales, de gobierno a gobierno. Un arreglo así no hubiera sido ilegal. El autor lo pone un poco en duda, pero no tanto, porque le dedica varios párrafos. Y así como le da énfasis a cómo cuida su apariencia Cristina, y un poquito cómo lo hacía Nisman, y darle mucho énfasis al enriquecimiento de Cristina, no parece saber que el patrimonio de Nisman está un poquito difícil de explicar. Tambien parece no saber que la ex de Nisman era parte de la banda de Stiuso, ni de la importancia descomunal que parece tener el tema económico para la ex. Ni que hablar de la madre de Nisman, que pareció no haber tenido demasiada congoja, al menos como para impedirle vaciar las cajas de seguridad que mantenían con el fallecido. Esto parece que Filkins no lo sabía, o no quiso usarlo para armar su cuentito.
Le da énfasis al mal carácter de Cristina, y a algunas declaraciones o chascarrillos que para nosotros son pavadas, pero para estos buenos escritores, poco amigos de la verdad, sirven para construir un relato tipo "Cristina es Catalina la Grande", o una Cleopatra que manda matar a los que se le ponen entre ceja y ceja.

Para Filkins, todos los jueces que tomaron el caso son adictos al Gobierno. Ningún análisis de cómo han sido las cosas con el poder judicial, apenas un sobrevuelo sobre las actividades de Stiuso. Se olvida de mencionar la "Pista Siria". Y no le parece raro que el documento que dice haber leído Eliaschev, que era un informe reservado de un funcionario iraní al presidente de ese país hubiera estado escrito en inglés. Tampoco profundiza en el caso Antonini Wilson, al que cita como una muestra de las relaciones non sanctas entre Chávez y los Kirchner.

Y siempre, tomando como fuentes yanquis a tipos de los servicios de allá. Se ve que, en definitiva, la visión desde el Imperio la ponen los tipos de Inteligencia. Capaz que no hay otras.

Suponemos que en pro de armar un cuentito a gusto del prejuicio de sus lectores, una dictadora peronista que mata a los que osan investigarla, Filkins fue juntando los pedazos que le interesaban, sin profundizar demasiado. Algo en que los periodistas suelen caer. Al principio de la entrevista con Cristina, Filkins le dice que le había impresionado lo de la bajada de cuadros de dictadores de la Escuela Naval. O sea, se ve que mezcló ESMA con Colegio Militar. Son detalles que no importan en si, pero que revelan en definitiva cuál es la profundidad en la investigación en que estos periodistas se manejan.

Claro, al tipo no se le ocurre preguntarse por qué no hay más asesinados por la Presidenta, siendo que hay legiones de políticos y abogados del Establishment que querrían ver a Cristina en cana.

Una vez más, no hay que confiar en lo que los gringos escriben de nuestros países. Por acción o por una exhibición de petulancia, estos tipos le hacen el camino fácil a los que buscan poner de rodillas al país.

3 comentarios:

Tilo, 74 años dijo...

El imperio norteamericano, en cualquiera de sus advocaciones, es decir, diferentes jetas para la misma despreciable cosa, ha hecho gala tradicionalmente de su prepotencia nacida de su poderío bélico y cultural. Han reventado a medio planeta, a media naturaleza y a media humanidad. No obstante, siempre habrá manadas dóciles que vayan a los shopping malls para mirar tanques en 3D mientras degluten pop-corn, creyendo que así elevan su pobre nivel mental, o tomando algo en Starbucks o morfando patys en algún Mc Donald mientras tragan cocacola.

La colonización mental y anímica que nos han encajado hasta los sesos durante tanto tiempo dá para ello. Muchos de nuestros despistados connacionales bailan al ritmo de las excentricidades gringas, denostando fieramente mientras tanto a cualquier manifestación telúrica, nacional o latinoamericana.

Lo que ese "prestigioso" periodista haya publicado en su tan "prestigiosa" revista siempre estará pasado por el tamiz de la mezquindad y mediocridad tradicional en los americanos del norte. Su rígida y deformada estructura mental y moral les impide reconocer cualquier realidad que desmienta sus egoistas costumbres, principios y perversas filosofías.

Son los reyes de la guerra con mando a distancia. No por nada el buitre Pablo Cantor es de allá. Que un paisito como nosotros haya osado hacerles pito catalán con la deuda, el ALCA y algunas otras cosas los ha sacado de quicio. No lo pueden entender y mucho menos, soportar.

Se parecen a garganta profunda en su desesperado odio por nuestro Vice Presidente. Quiere verlo sangrar por haberle pateado su sucio negocio de AFJPs. Y ni siquiera tiene el buen tino de disimularlo.

Lo que esa gentuza vaya a publicar o a decir, al igual que los hegemónicos locales, sólo sirve para joder. Su maldad no da para nada mejor. Si ahora, hasta se han dado cuenta de que el Papa los traicionó y es comunista, ¿qué te parece?

Honestamente, no sé para qué Cristina concedió esa larga entrevista si al fin y al cabo van a terminar interpretando y divulgando lo que se les ocurra.

No vayas a pensar que les tengo bronca, eh?

Saludos

Si el diablo tiene alguna residencia en este planeta, seguramente está en Wall Street con sucursales en el Pentágono, la CIA y especialmente

Tilo, 74 años dijo...

Continúo con el párrafo que quedó trunco:

... en Orange Street 1209, Wilmington, Delaware. Aquí tiene varias sedes, siendo una de las más destacadas la de la calle Tacuarí al 1800, en nuestra ciudad.

Saludos

Vincent Vega dijo...

Gracias Tilo por comentar. Claramente los tipos miran al mundo desde arriba del caballo. Lo preocupante no es por cómo nos sentimos nosotros, sino por la impunidad que tienen para rebentar a cualquiera que se les retobe. Fijate que todo empieza con campañas de demonización, artículos y "dossiers", y luego van con los fierros. Esto, de alguna forma, es un fierro mediático, como bien dijo Cristina. A pesar de todo, ella hace bien en salirles al cruce y poner toda la entrevista al alcance de todos, como para que se vea cuando la deturpan. Abrazo