martes, 19 de agosto de 2008

Gato blanco, gato negro


Mario Virreira tiene una guirnalda de flores colgada del cuello. Habla del neoliberalismo, de cuánto mal les ha hecho a los bolivianos. Mario no está solo: para nada. El escenario desde el que el prefecto de Potosí cierra la campaña del MAS para el referéndum está lleno. Lleno de militantes, de representantes del gobierno y de mariachis que aguardan con sus sombreros mexicanos y sus instrumentos musicales a que se acaben los discursos y empiece el baile. Antes de Mario hablaron sindicalistas y habló el delegado del gobierno nacional. Ellos también mencionaron al neoliberalismo. Del capitalismo foráneo al neoliberalismo y de Eva a Evo, los populismos latinoamericanos siempre tuvieron claridad para identificar al enemigo. Abajo del escenario también hay gente. Mineros, laburantes. Los obreros de Morón. "Evo sí, Mario sí" gritan. Se largó la música. Mariachis de Potosí dicen que son. Canta una morocha de jeans ajustados. Canciones de amores varios: correspondidos, contrariados, siempre pasionales. Hay una de una mujer que le recrimina al que la dejó embarazada por no hacerse cargo del hijo y no darle ni el apellido. Entre tema y tema la morocha arenga al público: "¡Yo soy evista! ¡Porque Evo nos devolvió la dignidad! ¡Si no es Evo no es nadie! ¿Quien va a ser sino: el Tuto, o alguno de esos corruptos que ya conocemos? ¡Somos indígenas y estamos orgullosos!".

En Sucre también están orgullosos, pero no de ser indígenas. El día que llegamos nos topamos con un acto opositor en la plaza principal. Habla el de la regional de la COB y el secretario del gremio de maestros. Reclaman la ida de "el carnicero". La zona céntrica de Sucre está llena de afiches y calcomanías anti-Evo. En las vitrinas de los negocios, en los vidrios traseros de las 4x4 (sí, acá también están con el campo). Cenamos en una casa de comidas pequeña, un emprendimiento de una vecina que puso dos mesas en el garage de su casa. "Es muy terco este presidente, está dividiendo al país". Creo haber oído eso en Argentina. En el hostel miramos TV en la sala común. Dejamos un canal donde hay un documental sobre los ponchos rojos. Nos damos cuenta de que es el único canal del gobierno. Una de las administradoras del hostel le pregunta por nosotras al recepcionista. Alcanzamos a oír: "...creo que son comunistas".
Al día siguiente, 6 de agosto, es la fiesta patria. Desfilan los militares, desfilan los funcionarios, desfilan los curas (creo que son obispos o algo así, soy una analfabeta de las jerarquías eclesiásticas). Desfila Savina Cuellar, prefecta opositora. Después va a subir al balcón de la Casa de la Libertad a presenciar el resto del desfile. Como Mario, Savina tampoco está sola. Pero los que la acompañan son otros . Funcionarios de riguroso traje, jefes militares, obispos. Todos exponentes de la ciudadanía y la civilización occidental y cristiana. Luego del desfile, los ciudadanos opositores autoconvocados bloquean las esquinas del centro. No entiendo a quién bloquean. Acá los partidarios de Evo están en la periferia de la ciudad, así que no creo que la medida los afecte mucho. Un hombre se baja de una camioneta. Dice que el está en contra del gobierno pero que quiere pasar. No hay caso. Las señoras ciudadanas, que a diferencia de las cholas calzan tacos aguja y portan paraguas para que el sol no les oscurezca la tez, no se mueven. Cantan "Estamos en la calle por culpa del gobierno" y "Que lindo que ha de ser, el Evo revocado y el pueblo en el poder". Porque pasa en Venezuela, pasa en Argentina y pasa en Bolivia. Ellos creen que son el pueblo. Que lo otro es masa amorfa, aluvión zoológico, escoria sin derecho a reclamar su lugar.
Definitivamente, esto de que la minoría obligue a la mayoría a sentirse minoría se tiene que acabar.

4 comentarios:

ElQuique dijo...

Qué lindas crónicas compañera! Queremos más! O MAS!

Anónimo dijo...

muy bueno!! Excelente cronista de los nuevos aires latinoamericanos

Ojaral dijo...

De lo que no se dan cuenta los que acusan a ciertos gobiernos de dividir al pueblo, es de que el pueblo ya estaba dividido desde mucho antes (o más bien sometido).
Saludos.

Antares dijo...

Así es Ojaral. Se habla de divisiones cuando el sector que históricamente ha sido sometido y humillado se anima a confrontar al sector que oprime.