Ayer se cumplieron 69 años de la firma de la rendición de la Alemania nazi ante los jefes militares soviéticos. La invasión nazi y posterior contraofensiva le significaron decenas de millones de muertos a los soviéticos, en el hecho que allá se recuerda como la Gran Guerra Patria. A pesar de lo que nos enseña Hollywood, el principio del fin del nazismo se selló entre la batalla de Stalingrado y la de Kursk, donde los ejércitos soviéticos infligieron sendas duras derrotas a la formidable máquina de guerra alemana.
Vladimir Putin ha reiniciado una reinvindicación de aquellos tiempos y levantando el legado de la Unión Soviética y de sus momentos de gloria, que los tuvo. Además de retomar el himno de la URSS como base para el nuevo himno ruso, en los desfiles militares reaparecieron los símbolos de la URSS, entre ellos las banderas del primer Estado obrero y campesino de la historia.
Véanse los símbolos que adornan la Plaza Roja
Obviamente, Putin usa esto para mostrar un nuevo rostro de Rusia. Obviamente, para el Primer Mundo es una demostración de fuerza donde Rusia quiere mostrar que puede seguir invadiendo países. Como si Crimea fuera Irak o Libia... Como si estos imperialistas no tuvieran el culo sucio. Crimea pertenece desde hace siglos a Rusia, un lugar donde viven en su enorme mayoría rusos, como en el Este de Ucrania.
Obviamente, nosotros celebramos la derrota de un país que fue expresión del aspecto más cruel del capitalismo, como lo fue el nazismo.
Honor y gloria para el Ejército Rojo y sus tovarich soldat
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