Estamos todavía tratando de orejear cuáles serán los caminos que la Presidenta tomará para esta nueva etapa de kirchnerismo 3.0. Hasta ahora, salvo en dos o tres temas puntuales, en general el kirchnerismo ha tenido sus momentos brillantes actuando de contragolpe. Esto en si no es bueno ni malo, pero para esta nueva etapa, y con la validación de la elección de Octubre, esperamos más y mejor. Y también queremos más. Hemos dejado de lado reclamos de segunda generación en pos de la sustentación de éste, nuestro gobierno. Ahora que tenemos un horizonte de cuatro años, ya està bien de dar excusas y guardarnos lo que sabemos que está mal o yendo por los caminos equivocados.
El debate suscitado por el manejo de Aerolíneas y las extorsiones de esa banda de delincuentes que maneja algunos sindicatos aeroportuarios, contribuyó a hacer que algunas ideas sobre qué es la presencia del Estado surgieran a la luz. Uno de estos argumentos es la integración que una aerolínea del estado nacional ayuda a concretar, facilitando el traslado de gente de una región a otra. La dirección de Aerolíneas ha sido pionera en disponer un corredor federal, donde los vuelos no necesitan pasar por Buenos Aires para conectar dos escalas del interior (què palabra tan unitaria!). Aprovechemos este argumento, a todas luces muy razonable, y pensemos en para què sirve un avión. Básicamente, para viajar con RAPIDEZ a un lugar. Indudablemente, si se quiere trasladar a un enfermo, o se quiere efectuar un negocio o visita fugaz a un socio u otra empresa, estamos en la situación para la cual un avión es útil. Agreguemos el turismo internacional. En general los turistas que vienen ya de viajes largos, preferirán el avión para aprovechar más su tiempo de vacaciones. Una aerolínea de bandera buscará las formas de apoyar el turismo y los negocios, con algún lucro para mantenerse y equiparse, en la idea de ser un factor de crecimiento de la economía del país. Por eso tiene mucho sentido que se revisen las rutas internacionales que no dan lucro, se refuerce el transporte regional y de turismo, y además que se busque la forma de bancar los vuelos internos deficitarios. De otra forma, acaba constituyéndose en un subsidio más a quienes no lo necesitan. Pero el avión no es un medio de transporte de masas. Y aquí viene nuestro reclamo: ¿por qué no se invierte en el transporte de pasajeros en tren a larga distancia? Una familia que desee visitar en vacaciones a sus parientes que quedaron en otra provincia no necesita estar en su destino en pocas horas. Un joven que quiera buscar su destino en otra provincia tampoco necesita estar rápido. ¿Por què entonces deben pagar los precios altísimos que la mafia del transporte automotor arregló con el Estado?
Volver al tren no es un deseo de viejo gagá, anclado en otro siglo.
El ferrocarril fue y es una herramienta de desarrollo. Permite el transporte de grandes cantidades de personas. Puede hacerse a velocidades sustancialmente mayores que las de un ómnibus. Hasta es posible pensar en un tren bala nacional. El desarrollo tecnológico nacional asociado es mucho mayor que el de la industria automotriz.
Permite la conexión directa de pequeños pueblos con las capitales. Permite nuevas opciones turísticas. Desde las sofisticadas al turismo popular. Es más seguro y más confortable. Es menos contaminante. Es más eficaz.
Ya que bancamos Aerolíneas Argentinas, por qué no bancamos Ferrocarriles Argentinos?
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