martes, 1 de abril de 2014

Hoy se cumple el 50º aniversario del primer golpe de los tantos que asolaron Latinoamérica. En el Día de la Mentira, el 1º de abril de 1964, los milicos brasileños dieron un golpe "contra el comunismo y la corrupción". Mataron muchos comunistas y otros opositores, mandaron al exilio a unos cuantos más, fueron tanto o más corruptos que el resto.



Vladimir Herzog era un periodista de origen judío, que fue al siniestro DOI-CODI, el centro de comando de la represión en São Paulo, a ver por qué lo buscaban. Era el director de periodismo del canal de televisión cultural paulista, la TV Cultura...

Apareció "suicidado", como tantos otros, el 25 de octubre de 1975, con la particularidad de que estaba colgado y arrodillado. El rabino Henry Sobel resistió la versión oficial del supuesto suicidio, y le dio el tratamiento y permitió su entierro en el cementerio de la colectividad.

Zuzu Angel era una estilista y personaje del "Tout Rio". Su hijo, fruto de un casamiento con un estadounidense que vivía en el interior de Brasil, debido a su militancia, fue secuestrado, torturado y asesinado. Zuzu rompió con su círculo social al tener que enfrentar las complicidades y los silencios. Sabía que iba a ser asesinada. Le dejó una carta a su amigo, Chico Buarque, quien denunció el crimen de Zuzu, disfrazado de accidente. Luego hizo esta música,



Los milicos brasileños siguen usufructuando de su impunidad. Poco ha hecho el poder público para frenarlos. Pero hay pequeños movimientos en muchos lados, particularmente en los estados más al sur, donde se repiten prácticas de escrache como las que se hicieron aquí en otros tiempos, donde reinaba la impunidad.


Esto pasó en Campo Grande, capital de Mato Grosso do Sul. En Brasil hay muchos lugares públicos que llevan el nombre de los dictadores, como Costa e Silva, Castelo Branco, Médici, entre otros. Hasta la Cámara de Representantes de Mato Groso lleva el nombre de Filinto Müller, asesino de la dictadura

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