lunes, 27 de enero de 2014

Una visión de un genio revolucionario sobre los grandes medios de prensa ...

digamos, hace rato que creemos que hay que cerrar las escuelas de periodismo, y de paso, aumentar las posibilidades de acceso a las fuentes alternativas.

Escribe, a fines de los años '20, en su autobiografía, un genio de la revolución*.

"Apenas llegados a Constantinopla, la prensa se encargó de volcar sobre nosotros un torrente de rumores, invenciones y conjeturas que no acababan nunca. La prensa, que no tolera que haya el menor vacío en sus informaciones, no escatima nada para colmarlos. Para que la simiente no se pierda, la naturaleza se encarga de desparramarla pródigamente a los cuatro vientos. La prensa procede de un modo parecido. Coge todos los rumores que encuentra al paso y los echa al voleo, aumentados en tercio y quinto. Y para que se confirme una versión veraz, hay cientos y miles de noticias que mueren en flor. A veces, pasan unos cuantos años hasta que la confirmación llega. Y se daban también casos en que el momento de la verdad no llega nunca. Lo que a uno más le sorprende es ver, en cualquier asunto en que se halle vivamente interesada la opinión pública, qué extremos alcanza la humana mendacidad. Lo digo sin asomo de indignación moral, en el tono con que habla el naturalista cuando aduce un hecho. La necesidad, y a la par la costumbre, de mentir, reflejan las contradicciones del medio social en que vivimos. Podría uno afirmar, sin miedo a equivocarse, que los periódicos no dicen la verdad más que en casos excepcionales. Y con esto no quiero, ni mucho menos, ofender a los periodistas, seres que no se distinguen gran cosa de los demás mortales. Son, sencillamente, su portavoz y auricular.
Zola escribió de la prensa financiera francesa que podía dividirse en dos grupos: la venal y la titulada "incorruptible", es decir, aquella que sólo se vendía en casos especiales y por mucho dinero. Algo parecido se podría decir acerca de la mendacidad de los periódicos en general. La prensa amarilla bulevardiera miente constantemente, sin reparos ni miramientos de ninguna clase. En cambio, periódicos del corte del Times o el Temps dicen verdad en los asuntos triviales e indiferentes para, de este modo, conquistarse el derecho de engañar a la opinión en los asuntos grandes con la necesaria autoridad. Ese Times precisamente fué quien dió, al poco tiempo de llegar yo a Turquía, la noticia de que Trotsky iba destinado a Constantinopla, de acuerdo con Stalin, para , desde allí, preparar la conquista militar de los países del lejano Oriente. De modo que el duelo de seis años que yo había venido sosteniendo contra los epígonos, no era, según esto, más que una comedia vil en que nos habíamos repartido los papeles. ¿Pero, hay alguien que crea esto?, se preguntarán los optimistas. Sí que los hay. Muchos. Es posible que Churchill no dé crédito a su periódico. Pero Clynes, en cambio, le creerá a pies juntillas; por lo menos, a medias. En eso consiste precisamente la mecánica de la democracia capitalista, o, por mejor decirlo, uno de sus resortes más importantes."



* Dicho sea de paso, a años luz de sus supuestos seguidores... Imaginan a alguno de ellos siendo electos para presidir el Soviet de Petrogrado, u organizando el Ejército Rojo, venciendo a los blancos, y arreglando los ferrocarriles?

domingo, 26 de enero de 2014

Sobre la devaluación y los dólares

En estas horas donde nos miramos y tratamos de entender qué está pasando, de las dudas de saber si hemos dado el paso correcto o entramos en el Maelström de viejas políticas en nuestro país, leemos este post brillante del compañero Contradicto.

De paso, lean el reportaje a Kicillof en el Página. Si alguno leyó nuestros solitarios posts sobre el atesoramiento en dólares, ojalá haya sido nuestro ministro.

De paso, suscribimos su tesis de que la actuación del Ministerio de Industria ha sido muy floja, particularmente en ponerle los puntos a los grandes y apoyar con más firmeza a los chicos. También qué queremos, con una ministra que viene del duhaldismo y de la universidad privada.

martes, 7 de enero de 2014

Cortes de luz y nuestro Estado ausente

Recién hoy el Gobierno parece haber despertado y asumido que debía tomar decisiones algo firmes al respecto del problema de los cortes de energía.

Si entre los cortes, la consiguiente falta de agua, el tener que tirar comida, el no saber si se puede comprar un producto perecedero, en los ratos en que uno se puede comunicar con el mundo, o al menos escucharlo; hay que oir a un comunicador oficialista hablando de que "cada distrito debiera hacerse cargo de los servicios públicos"; o a los militantes mongos repetir como loros que este verano es el más caluroso del siglo, como si las cosas hubieran andado fenómeno en los veranos anteriores, le vienen a uno impulsos homicidas. Suponemos que estas cosas son bastante piantavotos. Como la oposición es peor, lo que traen estas cosas es un descreimiento sobre el declarado propósito de tener un Estado para Todos. Consignas lindas, como "La patria es el otro", para entusiasmar a militantes y seguidores, pero que claramente no inspiran a los "funcios" que llegaron a sus puestos por este gobierno.

Por ahí leíamos a algunos militantes honestos que decían de su trabajo en apoyo a los vecinos en problemas. Pero el problema no es ése, sino el de funcionamiento del Estado.

Claramente, el ENRE no hizo todo lo que debía hacer. No se sabe si por inepcia, por dejadez, o por complicidad. No sabemos si los responsables son compañeros o burócratas heredados de otras épocas. Pero lo cierto es que un Gobierno que busca recrear un Estado para todos claramente no puede quedar en la inercia del funcionamiento burocrático, y salir a anticipar los problemas. No esperar a consultar con el padrino político o a esperar la orden de Cristina.

Leímos que el Gobierno iba a hacer un arreglo en "Repetto y Beláustegui (Santa Rita): Dos nuevas salidas a la red que permitirá distribuir cargas en el radio de las calles avenida San Martín, Remedios de Escalada, Rojas y Luis Viale.". El portero de mi edificio me había dicho hace tres años que ahí estaba el problema. Los vecinos hicimos, hace más de un año, una asamblea para reclamar al ENRE sobre este transformador. No pasó nada. Por eso no debiera sorprender la magnitud de los problemas eléctricos, y menos la reacción de la gente.

El Gobierno debe darse cuenta que no puede descansar y debe, alguna vez, actuar antes de los problemas. Prevenir antes que apagar el incendio previsible. Las catástrofes existen. Pero no los problemas de infraestructura, que un día aparecen. Los funcionarios responsables deberán dar cuentas, y alguna renuncia serían necesarias. Y también algún mensaje de Cristina, que parece darles la razón a los gorilas que dicen que está enferma.

Una de las diferencias que existen entre los países desarrollados y los subdesarrollados es justamente la infraestructura, otra es el modo de resolver un problema. Si alguna vez queremos que este país sea más vivible, la mejora de la infraestructura debiera ser una prioridad. La otra es la rapidez para resolver una emergencia. Y una tercera diferencia, que engloba a las otras, es justamente la revisión de lo que está mal, lo que se hizo mal, y tomar las medidas conducentes a que el problema no se repita.

Algunas áreas del gobierno están transitando la etapa de la sintonía fina. Es hora que esto llegue al resto del Estado nacional. Para terminar de una vez con las décadas perdidas de los '80 y '90. Para que este modelo siga avanzando, para poder sentir que este gobierno no fue una oscilación extraña, sino que es viable y que puede persistir en el tiempo.